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La crisis del euro

El FMI advierte del riesgo de que Grecia reduzca el crecimiento mundial

El organismo afirma que las dudas sobre la deuda podrían acabar trasladándose a la banca y ralentizar la recuperación

El Fondo Monetario Internacional advierte en su informe Perspectivas para la Economía Global publicado hoy que la crisis de Grecia y los problemas de deuda soberana que están sufriendo los países de la periferia de la zona del euro podrían cruzar las fronteras de la Unión Monetaria y acabar lastrando el crecimiento mundial.

El organismo explica que los mercados siguen preocupados por los riesgos de los periféricos, sobre todo por los problemas de Grecia, origen de la inestabilidad que está lastrando al resto de las economías bajo sospecha. La falta de determinación política para realizar los ajustes de gastos necesarios y la incertidumbre sobre la capacidad de su Gobierno para asegurarse el dinero de sus socios son la causa, añade el organismo, del correctivo que están sufriendo sus socios con mayores niveles de déficit y deuda, entre ellos España.

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Esta situación ha originado bajadas en las calificaciones crediticias de Grecia, Irlanda y Portugal, países con dificultades para alcanzar el consenso necesario para abordar reformas estructurales y avanzar en la consolidación fiscal, dice el Fondo.

Sin embargo, el Fondo no descarta una nueva cascada de recortes en las notas de solvencia de estos países y de ahí, continúa, el riesgo se trasladaría al sector financiero. Según justifica el FMI, la banca es la dueña de buena parte de la deuda de los países en el punto de mira y una reducción en sus calificaciones las obliga a aumentar provisiones y capital, lo que afectaría negativamente a la recuperación de las entidades tras las turbulencias que no han sido capaces de dejar atrás desde el estallido de la crisis financiera internacional en otoño de 2008.

Como consecuencia de estos factores, y también debido a la suave desaceleración que se registra en Estados Unidos, el FMI constata que ahora existe una mayor volatilidad financiera mundial y mayores riesgos de ralentización que hace dos meses, añade el texto.

Para superar el bache, el Fondo recuerda a los periféricos del euro su habitual recetario contra la crisis. Así, les pide que aborden sin ambages las reformas estructurales que necesitan para impulsar su competitividad y reactivar el crecimiento del empleo. Les recomienda aplicar ajustes a su situación fiscal para "restaurar la confianza de los mercados y aminorar la presión" que pesa sobre el diferencial de la deuda. "Estos esfuerzos -apunta el informe- necesitan ser acompañados por pasos concretos para fortalecer la capacidad de la Unión Europea para supervisar y resolver las crisis, incluyendo la creación de una red de seguridad más flexible".

Igualmente considera "crítico" que algunos países europeos, sin citarlos pero que bien podría ser la propia Irlanda aunque también Reino Unido o Alemania, afronten la vulnerabilidad de su sector financiero, que está en la raíz de la crisis reciente. Para el futuro, el Fondo se alinea con la OCDE y afirma que Europa debe seguir con una política de tipos relajada para favorecer la reactivación económica, aunque sin descuidar la inflación. Esta recomendación contrasta con la actual política del BCE de iniciar una racha de subidas en los tipos de interés desde el mínimo del 1% con el que empezaron el año. Tras subirlos al 1,25% en abril, se espera que vuelva a hacerlo en julio en otro cuarto de punto. Los expertos calculan que el precio del dinero en la eurozona acabará el año en el 1,75%.

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