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La crisis del euro

La oposición francesa critica "la aberración china"

Los bancos afirman que aumentarán los 8.800 millones requeridos con recursos propios. -Sarkozy se invita esta noche a la televisión para intentar rentabilizar la cumbre. -Giscard deplora el recurso al miedo para obtener réditos políticos

El Gobierno francés ha celebrado hoy con un despliegue de retórica triunfalista lo que su ministro de Economía, François Bairon, ha calificado esta mañana como "un acuerdo crucial para salvar el euro". Los mercados parecen compartir esa valoración, y el índice general de la Bolsa de París ha subido un 6,28%% impulsado por los títulos bancarios (Crédit Agricole +22%, BNP Paribas +17%, Société Générale +22%). Los tres grupos franceses llamados a reforzar sus fondos de capital hasta el 9% antes del próximo julio han reiterado hoy que están en disposición de hacerlo por sus propios medios, sin recurrir a ayudas públicas, "y sin renunciar a continuar financiando la economía francesa".

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Al mismo tiempo, la reacción política y mediática ante el acuerdo de la zona euro está lejos de la unanimidad, y varios analistas y miembros de la oposición han expresado hoy sus dudas sobre los beneficios reales del compromiso alcanzado de madrugada en Bruselas.

Los socialistas, por ejemplo, han alertado de que el recurso a los fondos chinos para reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) tendrá contrapartidas negativas para Europa. El candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, ha dicho en una nota que "el acuerdo ha evitado lo peor" pero ha añadido que la participación en el proceso de rescate de países no europeos como China, es "profundamente perturbadora", que "apunta a una dependencia de hecho" y "traduce una confesión de debilidad".

El diputado Michel Sapin, ex ministro de Economía y próximo de Hollande, ha mostrado su inquietud ante el hecho de que Europa vaya a "pedir limosna" a China, porque eso "le dejará en una situación de debilidad ante un país ante el que hay que colocarse en una posición fuerte".

"¿Ustedes creen que China aportará su apoyo a Europa sin pedir nada a cambio?", ha preguntado Sapin. Su respuesta es que "Europa tendrá que hacer concesiones sobre el valor de la moneda china, los justos equilibrios comerciales y en materia medioambiental".

Igualmente crítico se ha mostrado el eurodiputado de los Verdes Daniel Cohn-Bendit, que ha deplorado la "aberración china" incluida en el "pequeñísimo paso" que a sus ojos es el acuerdo de Bruselas. "Es ridículo", ha dicho, "que cuando llevamos meses debatiendo sobre la puesta en marcha de los eurobonos que permitirían a Europa acomunar su deuda e invertir, hayamos elegido entregarnos con armas y bagajes a los países emergentes". Según Cohn-Bendit, "Europa ha tomado una mala decisión, peligrosa políticamente, porque no ha querido dar el paso hacia un mayor federalismo".

El candidato del Frente de Izquierda a las presidenciales, Jean-Luc Mélenchon, ha afirmado indignado que "la Europa a la moda alemana marcha hacia el desastre", y ha juzgado como "un error que costará cada vez más caro a la UE" el rechazo a hacer intervenir directamente al Banco Central. Para Melénchon, "la quita demasiado tardía del 50% del valor de las obligaciones en propiedad de los bancos solo hace pensar que la deuda griega no será reembolsada jamás".

"El acuerdo ha salvado la moneda única", ha replicado el ministro de Economía, François Baroin, para quien había un riesgo real "de deflagración". Insistiendo en la interpretación dada anoche en Bruselas por su presidente, Nicolas Sarkozy, Baroin ha añadido que "se ha dado una respuesta ambiciosa, global y creíble, que solucionará el asunto de la deuda, nos sacará de la zona de turbulencias, permitirá la recuperación económica y estabilizará la zona euro y el crecimiento mundial".

El jefe del Estado, por su parte, va a intentar rentabilizar enseguida el pacto alcanzado con sus socios europeos y esta noche se ha autoinvitado a una entrevista de hora y media con las dos principales cadenas del país, TF1 y France2. Sarkozy, que ha visto en la agitación de la crisis de la deuda el único argumento que puede hacerle mejorar en las encuestas para las presidenciales (donde hoy viaja 30 puntos por detrás de Hollande), ha afirmado a los suyos que ha llegado la hora de "decir la verdad a los franceses".

El periódico Le Monde avanzó ayer que el Gobierno quiso esperar al resultado de la cumbre para decidir si debe afrontar una subida de impuestos, que se haría a través del IVA, para contrarrestar la previsible bajada en las previsiones de crecimiento para 2012.

El Ejecutivo ha elaborado los Presupuestos calculando un aumento del PIB del 1,75%, pero probablemente se vea abocado a reducir en al menos un punto esa perspectiva, lo que le obliga a recaudar unos 5.000 millones de euros más de lo previsto.

La intención confesada de Sarkozy es evitar a toda costa que las agencias de calificación rebajen la triple A de Francia antes de las presidenciales. Según publicó ayer el semanario satírico 'Le canard enchaîné', el domingo, en Bruselas, Sarkzoy confesó a los suyos: "Si nos quitan la triple A, estoy muerto".

Giscard: "Exageran"

El ex presidente de la República, Valéry Giscard de Estaing, entró ayer en el debate y acusó a los políticos de "exagerar el alcance de la crisis del euro". Según el análisis del político centrista, "tenemos una moneda única que sube y no está en crisis. Así que en este asunto lo que me sorprende es que el asunto sea tratado con agitación y con un nivel de competencia relativamente bajo".

Según Giscard, los políticos "dicen siempre que el momento es grave porque si va mal, lo han dicho antes, y si sale bien, se atribuyen el mérito de haber resuelto todos los problemas".

Como apostilla, Giscard dijo: "Todo el mundo está en pánico pero tenemos un PIB tres veces más grandes que el de China. Y nos comportamos como su no fuéramos nadie, insignifcantes, desordenados, incapaces de crear y de producir".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, en Bruselas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, en Bruselas.EFE

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