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La crisis del euro

El recurso de la banca española al crédito del BCE marca un máximo anual en octubre

Las entidades españolas piden prestado 76.048 millones, un 13,5% más que hace un año y un 9% por encima del dato de septiembre ante el cierre de los mercados

La banca española volvió a aumentar en octubre el dinero que pide prestado al Banco Central Europeo por tercer mes consecutivo con 76.048 millones, un 13,5% más que un año antes, lo que supone tanto el mayor volumen de fondos desde septiembre como el ritmo de subida más alto desde entonces. El aumento de la desconfianza entre los bancos del euro, que no se fían los unos de los otros por el deterioro de los activos vinculados a la deuda soberana, y la penalización para las entidades que supone llevar la marca España en sus dorsales explica este incremento de la apelación de la banca a las medidas extraordinarias de liquidez. Un recurso que, por otra parte, se reduce en un 17% si se atiende a todo el sistema financiero del euro, lo que refuerza la carga negativa al dato que ha publicado hoy el Banco de España.

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Si se compara la evolución del comportamiento de la banca española frente al resto, el porcentaje de dinero que se ha solicitado desde el país con respecto al conjunto del eurosistema aumenta de forma decidida hasta rozar el 20%. Esta cifra está muy por encima de lo que se considera como ideal, lo que equivale a la posición que ocupa la banca española en el eurosistema, donde apenas supera el 12% del conjunto. A lo largo de la crisis, solo se ha situado bajo este porcentaje entre enero y abril de 2011 al calor de la relajación de los problemas en los mercados de deuda. No obstante, vuelven las tensiones y regresan las dudas.

Pese a que los 76.048 millones solicitados por las entidades españolas suponen un máximo desde septiembre de 2010, cuando los mercados especulaban con el contagio de los problemas de Grecia a los países del euro con mayores niveles de déficit y deuda, no es ni de lejos un récord. En julio del pasado año llegó a superar los 131.000 millones tras la debacle de Atenas y las restricciones al crédito que causó el desbordamiento de la crisis. Pese a ello, denota una carencia muy peligrosa que no permite adelantar una normalización de la situación, paso previo imprescindible para que la financiación a las familias y empresas vuelva a fluir y se inyecte a la economía la gasolina necesaria para esquivar la recesión.

Frente al avance en la cantidad de dinero solicitados desde España, el conjunto del Eurosistema pidió al organismo presidido por el italiano Mario Draghi 381.055 millones, un 17,7% menos en tasa interanual. Este importe es el saldo vivo que las entidades residentes en España aún tienen pendiente de devolver al instituto emisor europeo como consecuencia de la financiación que el organismo les ha concedido previamente.

Por otra parte, fruto del incremento de las incertidumbres sobre el conjunto de la economía, también se mantiene en niveles relativamente altos la cantidad de dinero que los bancos españoles dejan a recaudo del BCE en lugar de prestárselo a familias y empresas. Esta opción supone sacrificar los eventuales beneficios de los créditos, que en caso de no caer en problemas de impago pagarían un interés superior al 1,25% que fija la tasa base del instituto emisor, a cambio de asegurar el rendimiento del 0,50% que paga el BCE por los depósitos.

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