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Los trabajadores de Yamaha rechazan el traspaso al Grupo Sesé

CC OO alerta de que la sucesión vulnera el Estatuto de los Trabajadores, porque las empresas tienen actividades distintas

La federación de Industria de CC OO y su sección sindical en Yamaha han respondido esta mañana al anuncio de la multinacional japonesa, que cederá la fábrica de Palau-Solità i Plegamans al grupo logístico Sese, con un rotundo rechazo, que argumentan porque la actividad de ambas empresas es "totalmente diferente". Los representantes de los trabajadores entienden que el anuncio de sucesión hecho público ayer vulnera el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores: "Se trata de actividades totalmente distintas y se incumple un requisito indispensable en la sucesión de actividades entre empresas", subrayan en un comunicado. Los trabajadores han advertido de que emprenderán las acciones legales necesarias para que no se materialice el acuerdo firmado ayer entre las dos empresas.

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El sindicato, que esta mañana se reúne en la planta con los trabajadores, considera el anuncio del fabricante japonés de motocicletas "una maniobra", una "vía alternativa al margen de la legislación para conseguir abandonar la actividad empresarial de fabricación" de motos en la fábrica del Vallès. En un comunicado, recuerdan que desde comienzos de año Yamaha ha expresado su voluntad de trasladar la producción a una fábrica francesa. Los trabajadores rechazan además que la empresa haya utilizado los medios de comunicación, a quienes ayer hizo llegar un comunicado, para "anunciar sus intenciones, al margen de la mesa de negociación". Un ejemplo, dicen, de "la falta de voluntad para encontrar una solución que garantice la viabilidad de la ocupación".

CC OO exige a la dirección de Yamaha que cumpla los acuerdos asumidos en septiembre, que recogían "la negociación de alternativas industriales propias o externas con la representación de la plantilla".

Yamaha anunció ayer un acuerdo "para la transmisión de sus activos industriales" al grupo zaragozano Sesé. No reveló el precio de la operación, pero ha subrayó que se mantendrán los 370 empleos de la planta. Según explicó en un comunicado, el fabricante se comprometió frente a la Administración "a apoyar el arranque del nuevo proyecto industrial". Por eso, la empresa que surgirá tras el traspaso "seguirá pintando piezas de plástico durante los próximos tres años para Yamaha".

Yamaha se ha comprometido a mantener los principales proveedores locales de piezas, que seguirán aprovisionando al fabricante a través de la nueva sociedad. El Grupo Sesé tiene sede en Zaragoza y se dedicaba hasta ahora al transporte, almacenaje y logística. No es fabricante de motocicletas, pero trabaja habitualmente con el sector del automóvil en el transporte de vehículos. Fundada en 1965, según la propia empresa, tiene sede o delegaciones internacionales en Bulgaria, Alemania, Rumanía, México, Portugal y Brasil. La operación "ha sido presentada esta mañana al Director General de Industria, Joan Sureda, y al Director General de Relaciones Laborales, Ramon Bonastre por parte del Presidente de Yamaha España, Junzo Saito, el propietario de Grupo Sesé, Alfonso Sesé y por representantes de Seat, principal cliente del nuevo proyecto industrial", explicó ayer Yamaha. La compañía japonesa aseguró que el proyecto industrial se basará en tres columnas básicas: la sociedad nueva ofrecerá "servicios industriales, a través de la creación de un hub de pre montajes, control de calidad y secuenciación de distintas piezas de proveedores Tier 1 del sector automoción"; además, desarrollará actividades industriales, "dirigiendo las instalaciones altamente competitivas de Yamaha en pintura de piezas de plástico y cataforesis hacia piezas para el sector automoción"; por último, de dedicará "a la gestión del aprovisionamiento, control de calidad y secuenciación de piezas de proveedores locales para el Grupo Yamaha".

Hace dos semanas ya se rumoreaba que la empresa había logrado cerrar un acuerdo con un inversor para traspasarle la planta y los empleos asociados, pero la firma no quiso revelar su nombre. La planta emplea directamente a unos 400 trabajadores, pero de ella depende además buena parte de la industria auxiliar de la motocicleta, que se ha conformado a su alrededor y que con su marcha también veía peligrar su futuro. La Generalitat, después del patinazo del consejero Mena que dio por perdidos los empleos en enero, rectificó y trató de colaborar en una solución sin despidos. Desde el principio fue partidaria de que se repita una operación similar a las que han hecho posible la supervivencia de la fábrica de Sony en Viladecavalls, que quedó en manos de Ficosa y Comsa-Emte cuando la empresa japonesa de electrónica decidió marchar. Una operación que permitió evitar la destrucción de empleo y que se ha considerado modélica hasta hace pocos meses, pero que ahora empieza a hacer aguas, ya que ayer mismo presentó un ERE de suspensión temporal de empleo que afecta a 600 trabajadores.

La sección sindical del mismo sindicato en Ficosa ha rechazado esta mañana el ERE que afecta a 600 trabajadores de Ficosa electrónico durante 50 días en 2012 y denuncia que la presentación del expediente representa un incumplimiento de los acuerdos alcanzados en 2010, que suponían el mantenimiento de la ocupación de la totalidad de la plantilla subrogada de Sony a Ficosa.

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