Dimite un ministro de Bahamas por el escándalo de su presunta relación con Anna Nicole Smith
Shane Gibson niega haber acelerado la petición de residencia en las islas de la ex modelo fallecida
El ministro de Inmigración de Bahamas, Shane Gibson, ha presentado su dimisión tras verse envuelto en un escándalo con la recientemente fallecida modelo de Playboy Anna Nicole Smith, la viuda del multimillonario Howard Marshall. Según han publicado algunos periódicos locales, Gibson intervino para acelerar la tramitación de la petición de residencia en Bahamas de la ex modelo, cuyo cadáver fue hallado en un hotel de Las Vegas el pasado 9 de febrero.
Tras la muerte de Smith, la semana pasada salieron a la luz unas fotografías en las que aparecía abrazada a Gibson sobre una cama, por lo que se dispararon los rumores de una presunta relación sentimental entre ellos, que Gibson niega. Tras su renuncia, Gibson ha pedido disculpas por los problemas que ha podido causar al país por su amistad con la ex modelo, pero ha negado haber cometido ninguna irregularidad.
"Quiero disculparme ante todas las personas que puedan haberse sentido ofendidas por cualquier cosa que haya dicho o hecho", ha declarado Gibson a la televisión pública de Bahamas. Pero al mismo tiempo ha negado tener una relación amorosa con Smith, que saltó a la fama por haber aparecido en la revista Playboy y después por su boda en 1994, a los 26 años, con el multimillonario Howard Marshall, de 90 años en ese momento. Igualmente, ha negado haberse valido de su puesto de ministro de Inmigración para acelerar la tramitación de la solicitud de residencia en las islas de la ex modelo, a la que califica de amiga.
Smith pidió la residencia en Bahamas para lograr la propiedad de una mansión frente a la playa que perteneció a su marido. La herencia del magnate desencadenó una enorme batalla legal, ya que Marshall dejó a su viuda una fortuna de 1.600 millones de dólares (que hoy equivaldrían a unos 1.200 millones de euros) y los hijos de Marshall decidieron litigar. La modelo no tuvo reparos en pleitear, y el contencioso llegó a desembocar en el Tribunal Supremo, que finalmente le reconoció a Smith el derecho a heredar 88,5 millones de dólares (unos 68 millones de euros).
