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Juicio por el mayor atentado en España

Los forenses que examinaron los restos hallados en Leganés confirman que las muertes fueron "de carácter suicida"

Entre las víctimas "no había signos indiciarios propios de un suicida terrorista", ha declarado la directora del Instituto Anatómico Forense

Los forenses que realizaron las autopsias de las 191 víctimas del 11-M han asegurado hoy que entre ellas no había suicidas, mientras que los expertos que analizaron los restos humanos hallados en el piso de Leganés (Madrid) han indicado que la causa de la muerte de los siete cadáveres era "de carácter suicida".

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Durante la jornada trigésimo octava del juicio, la directora del Instituto Anatómico Forense, Carmen Baladía, que ha declarado junto a otros tres médicos forenses, ha indicado que "no había signos indiciarios propios de un suicida terrorista" entre las víctimas y ha señalado que había una gran diferencia entre "nuestros 191 muertos y aquellos del 3 de abril", en alusión a los siete autores de la masacre que se suicidaron en Leganés.

Aunque no se realizó ningún estudio comparativo, Baladía ha recordado que uno de los cadáveres de Leganés tenía incrustado un pequeño objeto metálico, "típico del suicida terrorista que quiere morir matando y se adosa el material que va a utilizar para causar su muerte y la de otros", pero dijo que tras examinarlo resultó ser una pila de un reloj.

Por su parte, los forenses que examinaron los restos humanos hallados entre los escombros del piso de Leganés han manifestado que establecieron el diagnóstico de "carácter suicida" por los "datos positivos" que les proporcionaron los exámenes de los restos -de los que dijeron que no tenían disparos, ni proyectiles, ni estaban bajo efectos tóxicos ni tampoco atados- y la ausencia de hallazgos que les hicieran pensar en una causa accidental u homicida.

Tras señalar que en un principio los estudios antropológicos apuntaban seis cadáveres pero que los análisis genéticos confirmaron un total de siete, los peritos han subrayado que se hizo una evaluación cadavérica de los restos y que "se trataba de personas vivas en el momento de suceder los hechos (la explosión)".

En este sentido, han especificado que los síntomas que les hicieron hacer esa afirmación eran, entre otros, que había pérdida de sangre, los bordes de las heridas también tenían esta sustancia y las quemaduras eran de color rojizo, lo que de haber estado muertos antes de la explosión no sucedería.

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