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Piqué, un grito en el desierto

El líder de los populares catalanes, partidario de una reforma centrista de su partido, renuncia al cargo

Josep Piqué (Vilanova i la Geltrú, Barcelona, 1955) lleva cinco años al frente del Partido Popular en Cataluña, en los que ha protagonizado más de un encontronazo con la directiva nacional de su partido. Los últimos episodios de discrepancia han tenido como desencadenante la reforma del Estatuto catalán, pero en el trasfondo del progresivo distanciamiento de Piqué con Génova subyace un debate mucho más importante para el futuro del principal partido de la oposición: la definición del PP como fuerza derechista o centrista. Piqué claramente se inclina por la segunda alternativa y así lo ha expresado públicamente en más de una ocasión desde la inesperada derrota de su partido en las elecciones generales de 2004.

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El momento en el que la cuerda se tensó más en las siempre difíciles relaciones entre el presidente del PP, Mariano Rajoy, y Josep Piqué se produjo en julio de 2006, y a punto estuvo de costarle el puesto al ex portavoz y ex ministro durante los Gobiernos de José María Aznar. La tormenta se desató a raíz de unas declaraciones de Piqué en las que vinculaba al número dos del PP, Ángel Acebes, y al portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, con el pasado, y apostaba por caras nuevas para afrontar nuevos tiempos.

Poco tardó Piqué en disculparse ante su partido, pero no dejó de insistir en que el PP debía hacer otro tipo de oposición, reafirmándose sobre el fondo de sus críticas: "Respecto a las reflexiones sobre cuál debe ser nuestra estrategia, yo sigo pensando lo mismo. Es importante que no centremos nuestra labor de oposición en la reivindicación del pasado", dijo entonces.

El amago de crisis fue frenado en seco por Rajoy, que dio por resueltas las discrepancias con una enigmática sentencia : "Es difícil solucionar lo que no es susceptible de solucionarse porque no se ha producido; estamos todos muy bien y no hay ningún problema". Pero si la herida pudo darse por cicatrizada, ésta volvió a abrirse, al menos para Piqué, cuando el Parlamento catalán aprobó por una aplastante mayoría -con la sola oposición del PP- la propuesta de nuevo Estatuto de Autonomía.

El voto en contra de la formación presidida por Piqué supuso un fracaso personal de éste, que intentó sin éxito durante los 19 meses de tramitación que el proyecto se redactara en unos términos que le permitieran optar por la abstención y que sus jefes en Madrid no lo interpretaran como una deslealtad. Al final no pudo ser y supuso un duro revés para el intento de Piqué de sacar al PP de la periferia del escenario político catalán.

En busca del consenso con las fuerzas catalanas

El voto en contra del PP a la reforma estatutaria no impidió que Piqué intentara, durante la tramitación del proyecto en las Cortes Generales, tender puentes con el resto de partidos catalanes para unirse al consenso en torno al Estatuto. Pero sus discretos intentos de acercamiento se vieron torpedeados con declaraciones extemporáneas de la dirección del PP en Madrid. En una de ellas, el secretario general del PP, Ángel Acebes, aseguraba que ETA "tutelaba" el Estatuto, en un torpe intento de vincular la apertura de una hipotética negociación con los terroristas con la reforma estatutaria en Cataluña.

Piqué no pudo menos que salir al paso de esas palabras con otras en las que, de nuevo, se oponía a los dictados de Génova: "Estoy convencido de que el proceso estatutario en Cataluña, que nosotros criticamos, tiene una dinámica propia completamente independiente y separada del proceso vasco, afortunadamente".

Político antes que popular

Piqué, casado y padre de tres hijos, inició su andadura política antes de afiliarse al PP. José María Aznar le puso al frente del Ministerio de Industria en su primer gobierno, en 1996, cuando aún no tenía el carné de militante. A finales de 1998 compaginó la cartera con la de portavoz del gobierno.

En 2000 ocupó la cartera de Exteriores durante dos años en los que la política exterior cambió de rumbo: pasó de la alianza europea -con el eje París-Berlín- a las trasatlánticas (con Estados Unidos), y se convirtió en un fiel aliado de las políticas expansionistas de la Administración Bush.

Fue precisamente Piqué quien afianzó las relaciones con el gobierno de George W. Bush, y que derivaron en el apoyo a la invasión de Irak y en el envío de tropas una vez derrocado Sadam Husein.

Siendo el jefe de la diplomacia situó España al borde de un conflicto diplomático al apoyar al presidente de Venezuela de facto Pedro Carmona Estanga, que ocupó la presidencia durante 48 horas, tras derrocar a Hugo Chávez en un golpe de estado el 11 de abril de 2002. El retorno de Chávez a la presidencia sepultó las relaciones de España con Venezuela. Las relaciones con Caracas resucitaron con cierta polémica con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que vendió a finales de 2005 material militar a Chávez pese la oposición de EE UU.

Piqué también tuvo que capear las acusaciones por su gestión como presidente de la empresa Ercros en 1992, en el caso Ertoil. Fue exculpado y la Audiencia Nacional archivó definitivamente el caso Ertoil. Su última etapa como ministro la pasó en Ciencia y Tecnología, de 2002 a 2003. A partir de este último año se centró en la política catalana como líder del PP catalán, cargo al que accedió en octubre de 2002. En las elecciones a la Generalitat de 2003 cosechó un discreto resultado para su partido, situando al PP como cuarta fuerza política, aunque fuera de la toma de la mayoría de decisiones por discrepar del resto de partidos en el Parlament, especialmente de los nacionalistas.

Antes de entrar en política, Piqué fue un abogado y economista brillante. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y en Derecho por la Universidad de Barcelona, y profesor en excendencia de Teoría Económica. Fue asesor del Gobierno catalán en la Comisión Mixta de Evaluaciones y economista titulado del Servicio de Estudios de La Caixa (1984-1985).

Entre 1986 y 1988 fue Director General de Industria de la Generalitat y presidente del Grupo Ercros en 1992, donde desempeñó distintos puestos directivos desde 1989. También presidió el Círculo de Economía de Barcelona en julio de 1995. Piqué se afilió en 1999 al Partido Popular y es diputado nacional por Barcelona en la VII Legislatura.

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