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Mida el nivel de monóxido de carbono en sus pulmones

La UE instala una carpa antitabaco en el corazón financiero de Madrid

La campaña de la Unión Europea HELP-Por una vida sin tabaco se ha acercado hoy a los ejecutivos y trabajadores de Azca, el corazón financiero de Madrid, a través de una carpa de sensibilización que se ha levantado junto a la Torre Picasso. Según han informado los organizadores de esta campaña, la iniciativa busca concienciar al mundo empresarial sobre los perjuicios del tabaco. La curiosidad ha llevado hasta la carpa a casi 600 personas durante todo el día, la mayoría jóvenes, y muchos preocupados por los efectos que podrían provocar el tabaco sobre un posible embarazo o sobre sus capacidades físicas.

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Todo el que quisiera podía realizarse una prueba de cooximetría, un test similar al de alcoholemia que mide el nivel de monóxido de carbono en los pulmones, uno de los componentes más peligrosos del humo del tabaco que reduce la eficiencia del sistema cardiovascular. En la carpa, dos jóvenes estudiantes de medicina animaban a quienes cotilleaban, cigarro en mano, a comprobar sus niveles. Casi todos aceptaban divertidos la prueba, que consiste en soplar en un aparato.

La mayoría de fumadores ha obtenido un resultado cercano a los 14 puntos, equivalente a fumar alrededor de una cajetilla de tabaco diaria, aunque los fumadores empedernidos no se han acobardado y alguno ha llegado hasta los 23 puntos, un "valor de alto riesgo" según una de las encargadas. "Aunque la gente sabe perfectamente lo que hay, hace oídos sordos", explicaba una de las estudiantes, que apuntaba que muchos llegaban buscando que se les diera "un empujoncito" para dejar de fumar, a lo que pretendían ayudar los folletos, las pulseras fosforescentes, los llaveros o los pequeños bolsos que regalaban.

Una copa en una mano, un cigarro en la otra

También los no fumadores han querido hacerse la prueba para comprobar si les afectaba la contaminación ambiental (que provocaba que dieran uno o dos puntos en la máquina) o, como Rosa, de 38 años, para demostrarle a su pareja el daño que le hacía ser fumadora pasiva de los más de 20 cigarrillos diarios que él consume. David, de 25 años, admitía que era cierto todo lo que le habían explicado sobre los efectos que le producían los 15 cigarros que se fuma al día, pero lamentaba que "ni con estas" va a dejarlo porque "ya es más un acto social que otra cosa", y no concibe "tener una copa en la mano" si no tiene "un cigarro en la otra".

Esta iniciativa se enmarca en la tercera fase de esta campaña europea, que comenzó en marzo de 2005 y tiene una duración de cuatro años, en la que se prevé realizar casi una veintena de actos en diversas ciudades españolas. Así, la carpa de Madrid venía precedida de convocatorias semejantes en Barcelona, Málaga, Gijón, Cáceres, Toledo y Zaragoza. El objetivo es conseguir un contacto directo con los ciudadanos, especialmente con los jóvenes, para evitar que empiecen a fumar o convencerles para que dejen este hábito.

El acto de hoy estaba enfocado hacia los trabajadores de oficina porque "el mundo de la empresa ha sido tradicionalmente uno de los principales focos de consumo de tabaco en España", según los organizadores. Según cifras de la Comisión Europea, el tabaco mata cada año a 650.000 personas en la Unión (19.000 de ellos, fumadores pasivos), lo que supone uno de cada siete fallecimientos y la principal causa de muerte evitable.

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