El coche bomba de ETA tenía 70 kilos de explosivos
Mesquida confirma que participaron varios individuos aunque dice que es pronto para saber con exactitud el material utilizado.- Logroño guarda cinco minutos de silencio frente al Ayuntamiento
Joan Mesquida, director general del Cuerpo Nacional de Policía, ha confirmado hoy que el coche bomba que ETA hizo estallar ayer en Calahorra frente a un cuartel de la Guardia Civil contenía 70 kilos de explosivos y que en el atentado participaron varios individuos. A pesar de esto, Mesquida considera que todavía es pronto para determinar la composición del explosivo.
La principal hipótesis que manejan las fuerzas de seguridad es que el autor del atentado de ayer sea el Comando Vizcaya, el más activo después de la ruptura de la tregua, aunque de momento siguen analizando las imágenes de seguridad del cuartel para establecerlo con más exactitud.
Por otro lado, la delegación de Gobierno de La Rioja ha recibido un total de 264 solicitudes de indemnizaciones por los destrozos. Una unidad de Protección Civil se encarga de atender las dudas de los ciudadanos afectados. Mientras tanto, los bomberos continúan con las labores de desescombro de cascotes y cristales en los cuatro bloques más afectados. Todavía hay 40 viviendas desalojadas, aunque no parece que los edificios hayan sufrido daños estructurales.
Concentración de repulsa
Hoy se han guardado cinco minutos de silencio en una concentración frente al Ayuntamiento de Logroño a la que han acudido un centenar de persona para condenar el atentado de ayer. La cita, que ha tenido lugar al mediodía en la capital riojana, ha sido convocada por la Federación Riojana de Municipios. El alcalde de Logroño, Tomás Santos, ha leído un comunicado en el que ha expresado su solidaridad con los ciudadanos de Calahorra.
Por otro lado, miles de calagurritanos se concentraron ayer por la tarde junto con las autoridades ante el Ayuntamiento de la localidad para mostrar su rechazo al atentado. Los asistentes guardaron cinco minutos de silencio que terminaron con vítores a favor de la Guardia Civil y gritos contra ETA. Muchos de los vecinos de la zona cuyas viviendas fueron afectadas por la explosión han tenido que pasar la noche en albergues de la localidad habilitados para la ocasión.
La Ertzaintza localizó hacia las cuatro y media de la tarde a los propietarios del vehículo utilizado por la banda. Se trata de una pareja que se encontraba atada y amordazada en un monte entre La Rioja y Álava. De esta forma, ETA no habría traído el coche desde Francia como se barajaba en un primer momento, según han informado fuentes de la investigación. Los presuntos autores del atentado robaron el coche a punta de pistola en el Alto de Herrera, unas horas antes del atentado.
El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, señaló que la actuación de la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad para acordonar la zona en torno al cuartel evitó "algo irreparable, aunque los daños materiales son muchos". El coche bomba, un Honda Civic de color azul, hizo explosión en la calle Gallarza, que se encuentra en la parte trasera del acuartelamiento donde vivieron escenas de pánico por el fuerte estruendo provocado. La zona, en la que se había establecido un amplio cordón inicial, se encontraba muy concurrida porque acababa de terminar la procesión del Viernes Santo.
El atentado no produjo ninguna pérdida humana aunque sí cuantiosos daños materiales, ya que, aunque la llamada de aviso recibida media hora antes en la asociación de ayuda en carretera DYA de Vizcaya permitió el desalojo del cuartel, no dio tiempo a que las fuerzas de seguridad pudiera hacer una explosión controlada. El mismo cuartel fue objeto de otro atentado sin víctimas con coche bomba en 1983. La Guardia Civil está construyendo una nuevas instalaciones a las afueras de la localidad, con lo que el actual cuartel será abandonado.
Como consecuencia del estallido, un agente que se encontraba en la puerta sufrió una contractura en el cuello al lanzarse al suelo para protegerse. El atentado provocó cuantiosos daños materiales, especialmente en los edificios colindantes al cuartel, con destrozos en ventanas, persianas y otros elementos de las fachadas. Decenas de vecinos fueron desalojados de sus viviendas y pasaron la noche en un albergue.
