_
_
_
_
_

Dos investiduras en una

La investidura de Zapatero se ha convertido en la de Rajoy como líder del PP

I+D+i (Investigación+Desarrollo+innovación) es una de las áreas que el Gobierno entrante, del mismo color que el saliente, quiere potenciar según decía su programa electoral y según ha contado José Luis Rodríguez Zapatero en el arranque de su investidura como nuevo presidente.

Pues ya tienen por donde empezar: el Congreso de los Diputados en la Carrera de San Jerónimo de Madrid, ayer tomada por la Policía Nacional como hacía tiempo no se veía. En pleno siglo XXI, era de la tecnología, la caída del sistema informático por el que pasan los datos de los periodistas ha sido la tarjeta de bienvenida a la prensa más tardía que ha tenido que ver el discurso de la mañana del presidente en funciones ya empezado.

Más información
Con el PSOE, ni al baño
Los 'marianistas' se hacen con el pasillo
A la Espe-ra del pasillo

Insisten durante todo el día los diputados que la investidura "es lo que es": un formato encorsetado que no da para mucho. Llega a decir un portavoz nacionalista que las palabras que pronuncia Zapatero desde las 12.00 hasta alrededor de las 13.30 podrían haberse puesto en boca incluso de un candidato del PP. Aún así, la M-30 del Congreso, el pasillo que da al interior del hemiciclo, está en su hora punta antes ya del mediodía. Las bancadas, a rebosar de diputados; la prensa, en el edificio colindante repartida en dos pisos, o paseando de acá para allá a ver si caza algo. Sin embargo, ese algo viene en la agenda, las reacciones al discurso del secretario general socialista, entre las que destaca las pronunciadas por Soraya Sáenz de Santamaría, nueva portavoz parlamentaria del Grupo Popular: "No hay motivos para la abstención". Entonces va a ser que no.

La sensación para los periodistas que hacen colorín, esa otra crónica del acto, es que lo "gordo" viene en el cruce de palabras de la tarde entre el líder del PP, Mariano Rajoy y Zapatero. Según funcionan las cosas, sus diputados saldrán al pasillo una vez finalice la confrontación. Pero la primera sorpresa es que la joven guardia de Rajoy, la I+D+i de la calle Génova, ha tomado el pasillo. A estos no se les cae el sistema informático en casa porque de Internet algo saben como han demostrado en la campaña electoral de forma activa. Son los ya conocidos como sorayos por el nombre de la portavoz parlamentaria popular.

Sáenz de Santamaría, nerviosa en su estreno en rueda de prensa la semana pasada y agobiada en alguna tertulia poco amiga, está más a gusto y se expresa de forma más natural en el cara a cara y la distancia corta con la prensa. Lo que ya ha dejado entrever es que cuerda tiene para rato, hablar largo y tendido no va ser problema y energía -de momento- le queda. La nueva portavoz, ocho días después de su nombramiento, confiesa en los corrillos que está "contenta" tanto por la responsabilidad como por "el trato de los medios".

Y se nota porque domina la atención de los periodistas, aunque el PP no sea tema de su cobertura. Dentro, como acaban reconociendo colaboradores de Rajoy, pocas novedades 30 días después de las elecciones y la campaña electoral que tanto ha durado y en la que el mensaje de unos y otros se ha repetido tanto. La impresión es que la investidura de Zapatero como Presidente del Gobierno se ha llevado al pasillo del hemiciclo y se ha convertido en la investidura de Rajoy como líder del PP. Tanto es así que algún diputado popularpopulares, ha tenido menos juego. Como en el debate sobre el estado de la nación, a partir de las 16.00 uno de los temas de conversación en las instancias del Congreso es la hora de acabar. Aunque por la mañana, el PNV no quería intervenir tan tarde, el presidente Zapatero ha trabajado para que la segunda sesión del miércoles viera cuanto antes la votación y el discurso de Erkoreka quedara resuelto el martes. Así ha sido y sin minutos de basura porque el portavoz peneuvista ha aprovechado incluso para leer la carta de una cuadrilla de diez vascos símbolo del sentir de su pueblo.

Claro que fuera sólo esperaban una decena de periodistas en el pasillo tirándose de los pelos por la hora y aguardando la salida. Por suerte para los que desde la mañana llevaban en el Congreso de los Diputados, el presidente en funciones -que dijo no estar cansado, a pesar de la hora- salió acompañado de Erkoreka y despidió a la prensa cogiendo como acto reflejo la grabadora 'acosadora' del reportero de una radio. Todo un símbolo del cierre de la primera sesión de su investidura.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_