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Los técnicos de la Xunta entran en el Pazo de Meirás

Cumplido el plazo dado por la Justicia, el abogado de los Franco comunicó ayer a la consejería de Cultura que hoy podrían acceder los técnicos

A las 10.05 de la mañana, las puertas del Pazo de Meirás se han abierto al fin a los técnicos de la Xunta de Galicia para su inspección tras cumplirse el plazo dado por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG). Anoche, el abogado de la familia Franco, que compró el recinto en plena Guerra Civil con dinero de los coruñeses, comunicó a la consejería de Cultura que la inspección podría realizarse hoy.

Los tres técnicos de la Xunta, una arqueóloga, una historiadora y un arquitecto se encuentran revisando el estado de conservación del recinto para decidir si lo declaran Bien de Interés Cultural, una medida que permitirá a los ciudadanos visitar la propiedad. La labor a realizar consiste en un ampio reportaje fotográfico de los jardines y el interior del pazo, así como una revisión del estado de conservación de la propiedad.

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Es la primera vez que se accede al polémico pazo, situado en Sada (A Coruña), a pesar de que forma parte del inventario del patrimonio cultural de Galicia desde 1991 y, por tanto, su revisión es obligatoria. El pasado 18 de marzo, el TSJG dio la razón a la Xunta y cerró la última puerta a los Franco en su lucha por evitar, esta vez apelando a la Constitución, la inspección de la fortaleza. Con el informe en la mano, la Xunta decidirá si mantiene el pazo en el inventario de bienes culturales. En caso de ser así, los Franco estarían obligados a abrir el terreno al público al menos cuatro días al mes, así como a cumplir un reglamento de conservación más estricto.

El pazo de Meirás tiene una superficie construida de 2.115 metros cuadrados y está ubicado en una propiedad con una superficie total que supera las 6,6 hectáreas.

Uno de los técnicos de la Xunta toma una fotografía del pazo de Meirás
Uno de los técnicos de la Xunta toma una fotografía del pazo de MeirásEFE

Interrogantes sobre la restitución a Galicia

El hispanista Ian Gibson se ha felicitado por la entrada de los técnicos de la Xunta a la propiedad de Meirás, a la que atribuye un gran valor simbólico. "Creo que se trata de una gran noticia, pues estamos todos en un proceso de recuperación de la memoria, poder estar allí es importantísimo", ha afirmado el irlandés nacionalizado español en 1984. En cuanto a la propiedad de los bienes que los Franco recibieron de un grupo de franquistas gallegos en 1938, Gibson considera que "es preciso estudiar cada caso y proceder a la restitución donde se pueda hacer”.

En relación a la devolución a los gallegos se ha pronunciado el presidente de la Real Academia Gallega, Xosé Ramón Barreiro Fernández. Barreiro ha afirmado que "debería pensarse en la restitución (de la propiedad) a Galicia". Además de referirse a la actuación como "absoluta y totalmente justificada", el historiador ha valorado la entrada de los técnicos de la Xunta en el pazo como "algo importante, no porque pudiera parecer una victoria de la Consellería de Cultura, de la Xunta o de los gallegos, sino porque es imprescindible la racionalización de algo que está ahí pendiente". Ha recordado también que el pazo de Meirás no es el único litigio pendiente de resolución que implica propiedades obtenidas durante el Franquismo.

Por otro lado, el presidente de la Comisión Pola Recuperación da Memoria Histórica (CRMH), Manuel Monge, valoró también de forma positiva la inspección del pazo pero ha considerado que, además de ser declarado Bien de Interés Cultural, "debería devolverse al pueblo".

Monge avanzó que están estudiando presentar un escrito en los juzgados para reclamarlo, basándose en una sentencia del Tribunal Supremo de julio de 2007 que falló a favor de los familiares de un vecino de Tenerife" que donó en 1937 unas tierras a Franco para salvar la vida de un pariente en peligro de ser fusilado".

Desde la Comisión entienden que la donación "no fue a Franco, si no al jefe del Estado" por lo que, una vez a fallecido, éste debe devolverse. En este sentido anunciaron hoy que "para transmitir a la familia que ya ha disfrutado de él lo suficiente y que ahora deben devolverlo", se manifestarán delante del pazo "de manera pacífica" el próximo 8 de agosto aprovechando la presencia de la familia con motivo de la boda de Leticia Giménez-Arnau Martínez-ordiu, nieta de Carmen Franco.

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