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Entregados a la Junta a los dos menores de Utrera acogidos temporalmente

Bienestar Sociales tomó esta decisión porque la familia no hizo los cursos de idoneidad, incompatibles con el trabajo del padre

Hoy sí. La familia de la localidad sevillana de Utrera que criaba en acogida a dos hermanos de siete y cinco años, cuya tutela había resuelto rescatar la Junta de Andalucía, ha entregado hoy en Sevilla a ambos menores en el Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. La entrega estaba prevista para la semana pasada, aunque la movilización vecinal retrasó la decisión, tomada porque no hicieron los cursillos de idoneidad. La familia, que los ha tenido siete meses, alega que eran incompatibles con el horario laboral del padre. La madre biológica, Nuria Márquez, es drogodependiente, tiene 33 años y seis hijos.

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lLa propia madre se los confió a Carmen Villa, de 52 años, y Enrique Sánchez, de 50, que según la Junta no cumplen no cumplían las condiciones psicológicas y sociales para educar a los dos niños. Paola Sánchez, hija del matrimonio, ha informado de que la entrega de los niños, Nerea y Antonio, se ha producido pasadas las ocho y media de la mañana en la sede del Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia. La familia de acogida los ha devuelto con la esperanza de, una vez demostrada su colaboración en el caso, puedan obtener algún beneficio en el futuro en forma de visitas u otras iniciativas, según han dicho fuentes próximas a la familia.

La entrega se ha producido, eso sí, con escenas de tensión y lágrimas entre los padres de acogida y los menores, cuyo destino inmediato no ha sido precisado hoy, aunque los familiares esperan conocerlo en breve para poder visitar a los niños, a los que conocen desde que nacieron. En presencia de la abogada de la familia, un técnico de este departamento se ha hecho cargo de los dos menores en una escena en la que, según el relato de la joven, Nerea "lloraba" mientras su hermano "se agarraba" a su hermana Paola en un intento por no separarse de su familia de acogida.

Los conocen desde que nacieron

El temor de los padres de acogida es que, si los padres biológicos no se recuperan de sus actuales circunstancias que les impiden hacerse cargo de los menores, los entreguen en adopción definitiva. Este extremo impediría a los padres de acogida mantener el contacto con los menores, que es la peor circunstancia que se les plantea, según las fuentes.

Los padres de acogida lamentan que la Junta decida quitarles los niños por no hacer tres "cursos de idoneidad" que eran incompatibles con el horario laboral del padre de familia, lo que ha desencadenado que la acogida temporal finalice antes de lo previsto.

La familia de acogida ha insistido en que su intención es luchar por que se les permita seguir al cuidado de ambos niños, a los que conocen desde que nacieron y cuya madre biológica no puede hacerse cargo de los menores y el padre está en prisión por problemas con las drogas. Los dos menores son miembros de una familia de siete hermanos, tres de los cuales están bajo la tutela de la abuela materna, otro con un familiar y el más pequeño en una institución. El padre biológico está en la cárcel por intento de homicidio.

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