El Gobierno abre una investigación para esclarecer causas del vertido en Huelva
La Junta de Andalucía asegura que las playas han quedado a salvo de contaminación
La Delegación del Gobierno en Andalucía ha abierto una investigación para determinar las responsabilidades por el vertido de dos manchas petróleo ocurrido en la línea submarina de la Refinería La Rabida de Cepsa, en las inmediaciones de las playas onubenses de Mazagón y Matalascañas.
La decisión ha sido anunciada este viernes por la consejera andaluza de Medio Ambiente, Cinta Castillo, quien ha confirmado que "apenas ha llegado nada" a las playas, salvo "pequeñas galletas" de crudo en el espigón de Huelva, que se han recogido inmediatamente.
La marea "no ha arrastrado prácticamente nada" hacía las costas, que es cuando la Junta debe empezar a actuar con un dispositivo de emergencia que -según la consejera- está preparado por si esto ocurriera.
Se trata de una mancha compuesta por regueros paralelos y dispersos de densidad moderada, entre los que se encuentran algunas galletas de fuel y que se dispersa en una extensión de unas 4,5 millas de longitud por 50 metros de anchura.
La otra es una mancha circular, de 0,7 millas, localizada a unas 1,5 millas de tierra al Este de la primera mancha y está compuesta también por varios regueros de densidad moderada.
En declaraciones a los periodistas, Cinta Castillo ha explicado que los aviones del Ministerio de Fomento y la Marina Mercante siguen trabajando y vigilando la zona por la aparición de una mancha que, "inicialmente, parecía mayor".
La Junta de Andalucía, después de activar el Plan de Emergencias regional, ha dado instrucciones a los ayuntamientos de Huelva capital, Moguer y Palos de la Frontera para que activen sus propios planes de emergencia, con el fin de paliar los efectos de la posible llegada de crudo a las costas.
El incidente se registró sobre las 12.45 del viernes cuando descargaba en la monoboya el buque SCF Caucasus, de bandera de Liberia, que transportaba crudo Maya procedente de Tenerife, que ha sido inspeccionado en siete ocasiones y desde el año 2002 ha tenido cero deficiencias.
Cuando la empresa detectó el vertido, se suspendió la operación de descarga y se activó el Plan de Emergencia de Terminales Marítimos (PETMA), así como el Plan de Emergencias del Puerto de Huelva y el Plan Nacional de Contingencias.
