_
_
_
_
_

PSC y CiU se emplazan a no desvelar sus pactos hasta pasadas las elecciones

Las encuestas dan ventaja a Convergència sobre los socialistas

O nosotros, o el tripartito. O nosotros o un Gobierno de CiU y PP. Acuñada por Convergència i Unió (CiU) la primera y por el Partit dels Socialistes de Cataluña, la segunda, ambas frases marcaron la campaña electoral de los comicios catalanes de 2006 que culminó con la reedición del pacto de las izquierdas. La campaña que se avecina con vistas a las elecciones de otoño no será igual. Convergència i Unió ha hecho inventario y ha concluido que contraponerse con tanta claridad a tres partidos de gobierno no sólo la alejó en su momento de la centralidad, sino que contribuyó a cimentar un tripartito que, por más que ahora se encuentre en horas bajas, no está enterrado, por lo que no desvelará sus pactos electorales. El PSC también insistirá en que, pese a las encuestas poco halagüeñas, es posible un gobierno de socialistas en solitario y, respecto a los pactos, no especifica si se inclina por otro tripartito o por la sociovergencia; es decir, por un pacto con Convergència i Unió.

Más información
Montilla llama a la sociedad catalana a cerrar filas si se recorta el Estatut
El PSC rechaza avanzar las elecciones si el TC recorta el Estatut

CiU ha diseñado su campaña más larga con esmero para intentar motivar a su electorado, alicaído por siete años de oposición, sin despertar a los partidarios del gobierno de las izquierdas, desmotivado por los continuos rifirrafes del tripartito y por la imposibilidad de marcar una agenda política propia al vivir permanentemente amenazados por una sentencia del Tribunal Constitucional del Estatuto que no acaba de llegar.

El líder de CiU, Artur Mas, ya ha dicho claramente que en la próxima campaña no piensa hablar de pactos. "Cataluña necesita un gobierno fuerte para hacer frente a la crisis, nosotros creemos que se lo podemos ofrecer". No dirá con quién pactará, pese a que las encuestas la dan vencedora sin mayoría absoluta. Y lo más importante: tampoco dirá con quién no pactará. De esta manera, CiU evitará el error de repetir la escena de acudir al notario para prometer solemnemente que no llegaría a acuerdos con el PP. En el seno de la federación nacionalista hay el convencimiento de que aquella acción, ideada por el secretario de imagen y fiel escudero de Artur Mas, David Madí, fue un error. Un error tan grande como cargar tintas sobre el tripartito con panfletos y DVD demoledores incluidos. El electorado nacionalista no se desperezó y sí lo hizo el de izquierdas.

La nueva estrategia de CiU ya se ha visualizado en las últimas comparecencias públicas de Artur Mas. "No he venido a criticar al tripartito", dice una y otra vez. Los nacionalistas quieren una campaña en positivo convencidos de que el tripartito se cava la tumba solo con sus reiterados encontronazos.

Los socialistas no tiran la toalla. En un ejercicio poco habitual en política, José Montilla reconoció recientemente ante los cuadros del partido que el PSC está en la segunda posición de la parrilla de salida. Las últimas encuestas oficiales de la Generalitat apuntan a una ventaja de CiU sobre el PSC de 6,1 puntos. En junio la distancia era de 5,8 puntos.

Los socialistas están intentando hacer reaccionar al electorado menos nacionalista con un discurso centrado en la superación de la crisis económica. Fuentes de la dirección del partido insisten en que lo más importante es que cuando lleguen las elecciones, la oleada más pesimista haya quedado atrás y se divise un horizonte con menos paro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_