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El Estatuto, caído del mapa

Los populares centran su campaña en la economía y la inmigración y silencian el recorte de la carta catalana

Carlos E. Cué

El PP se pasó dos años largos años criticando constantemente el Estatuto y azuzando campañas en contra del mismo, pero ahora lo ha borrado prácticamente del mapa. Mariano Rajoy, líder del PP, ha intensificado sus visitas a Cataluña —en dos semanas ha estado en Lloret, Lleida y Barcelona— con vistas a las elecciones del 28-N, pero el asunto del Estatuto y las consecuencias de la sentencia han caído de su discurso. De hecho, esa ha sido la estrategia de los populares: evitar lo máximo la cuestión identitaria y centrarse en la economía. "Nuestras prioridades son el bienestar de los ciudadanos, la creación de empleo y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas", afirmó Rajoy.

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La negociación del Estatuto arrinconó a los populares de la vida política catalana y ahora su objetivo es recuperar la centralidad como primer trampolín para conseguir asentarse en Cataluña y, después, intentar desbancar a los socialistas en el Gobierno de España. Alicia Sánchez-Camacho, presidenta catalana, explicó en un informe a sus compañeros de comité las líneas maestras de su próxima campaña. "Nuestro compromiso es firme. El cambio en España empieza en Cataluña, la de las libertades, la constitucional y la de la recuperación económica", dijo la dirigente popular. Explicó que su reto es resolver los problemas reales de los ciudadanos como el paro, las ayudas a las pequeñas y medianas empresas, la seguridad ciudadana, implantación de un modelo educativo "en libertad" en los dos idiomas y una inmigración ordenada.

Sánchez-Camacho, que participó en su día en una polémica visita a Badalona para denunciar casos de delincuencia asociada a la inmigración ilegal, proclamó que el PP también será la garantía de un gobierno que dejará de aplicar sanciones. Los últimos sondeos están apuntalando al PP como tercera fuerza política en sustitución de Esquerra Republicana (ERC), que descendería al cuarto lugar. Sin embargo, las mismas encuestas otorgan por ahora una victoria tan holgada a CiU que no necesitaría a ningún socio para gobernar. "Apoyamos a Alicia desde la obligación y la convicción. Se está ganando el respeto de los ciudadanos", la elogió Rajoy.

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