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La Diputación de Alicante exige al Consell que suspenda el traslado de basuras de Castellón a Xixona

Ripoll (PP) aprueba una moción de los socialistas y pide que "se busquen otras soluciones"

Sorpresa y cambio de criterio del presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, del PP, sobres el polémico traslado de toneladas de basura desde Castellón a la planta de Xixona. El PP, con mayoría absoluta en la institución provincial, ha aprobado hoy por unanimidad, aunque con algunos matices, una moción presentada por el PSPV-PSOE en la que se solicita "a la Generalitat la suspensión de la resolución del 10 de noviembre por la que se trasladarán los residuos urbanos de la zona 1 del Plan Integral de Residuos (es decir Castellón) a la planta Piedra Negra en Xixona".

La única discrepancia sobre el texto de la moción es que los socialistas afirmaban que se trasladarían a Alicante 135.000 toneladas de basuras, y el PP asegura que "eso es falso, solo se pueden transportar un máximo de 50.000", según acordó el consorcio. El presidente de la Diputación, al término del pleno, ha calificado de "respetuosa" la moción de los socialistas, ya que lo único que pide es la suspensión del acuerdo, y ha recordado que "Castellón y Xixona están muy lejos, por lo que sería conveniente buscar otras soluciones" a la falta de vertederos y plantas de tratamiento.

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No obstante, el líder del PP ha criticado al alcalde socialista de Xixona, Ferran Verdú, al que ha vuelto a llamar "demagogo" por su oposición a la recepción de basura. Según Ripoll, el Ayuntamiento de Xixona ha ingresado 5,8 millones de euros por acoger basura en su planta y ha mostrado un convenio suscrito entre el alcalde y la empresa de la Generalitat Vaersa en el que el Ayuntamiento admite que "no importa de dónde venga la basura, ni su procedencia geográfica", siempre y cuando se incrementen los ingresos.

Durante las últimas jornadas, Ripoll ha ido modulando su discurso. Al principio evitó entrar en la polémica argumentando que se trataba de una competencia directa de la Generalitat; luego recordó que hay que ser "solidarios entre provincias", que la planta de Xixona tenía capacidad suficiente, y que no pensaba "abrir otro frente de Alicante contra Valencia". Esta mañana, ha acabado por aceptar la moción socialista para pedir al Consell que anule el acuerdo y que busque alternativas.

"Ni un kilo de más"

En relación con la polémica, la secretaria autonómica de la Consejería de Medio Ambiente,María Angeles Ureña ha asegurado esta mañana en las Cortes que a la planta de Xixona "no entrará ni un kilo más de basura de la que puede albergar".

Ureña, que ha comparecido en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara, ha remarcado que como "sabe perfectamente" el alcalde de Xixona, Ferran Verdú, "no entrará ni un kilo más de basura del que la planta puede albergar", puesto que se trata de una reivindicación del primer edil "legítima". La responsable de Medio Ambiente ha apuntado que en los medios de comunicación hablan de que a la planta de compostaje y vertedero del municipio de L'Alacantí van a ir de 135.000 toneladas de residuos procedentes del plan zonal 1 correspondiente a Castellón, cuando en esa zona se generan 54.000 toneladas.

Asimismo, ha especificado que en 2009 la planta de Xixona recibió 150.000 toneladas, "por debajo de su capacidad", de las que este años 35.000 toneladas ya no irán "porque ha entrado en funcionamiento la de El

Campello". La consejería "ha asumido" la "solución transitoria" planteada por el consorcio que gestiona el plan zonal 1 de habilitar una planta en Benicarló (Castellón), de la que se ocupará la empresa pública Vaersa, que se mantendrá en funcionamiento mientras se prolonguen las obras de construcción de las nuevas instalaciones.

La secretaria autonómica también ha negado que la planta de Villena, también en Alicante, haya recibido basura de Peñíscola (Castellón), aunque sí ha asumido residuos del Valle de Cofrentes, Bocairent, Caudete y Llíria, todas ellas localidades situadas fuera de la zona que tiene asignada.

La oposición ha criticado la política de residuos del Consell y el retraso en la construcción de instalaciones, que convierte la gestión en un caos en el que las basuras viajan "de norte a sur", como ha destacado el diputado socialista Antonio Lozano.

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