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Estado de alarma

Más cancelaciones que vuelos en El Prat

El aeropuerto de Barcelona recupera poco a poco la normalidad tras la huelga de controladores

El Prat recobra el pulso, pero poco a poco. La huelga de controladores aún hace mella en el aeropuerto internacional de Barcelona, que desde medianoche hasta las 08.00 ha cancelado más vuelos (23) de los que ha operado (22). Aena explica que el elevado número de vuelos suspendidos obedece a la decisión de algunas compañías aéreas de cancelar todas sus operaciones hasta las 06.00 de hoy. Otra explicación, precisa Aena, es que los aviones y hasta las tripulaciones de algunas compañías permanecen en otros países, lo que ha alterado igualmente el funcionamiento del aeropuerto.

El aspecto que ofrece El Prat a esta hora es de relativa normalidad, después de una jornada aciaga en la que se han deshecho los deseos de miles de personas. Para María Ángeles Aresce y su familia, hoy ha supuesto el fin de la pesadilla. "Por fin, al tercer día, vamos a poder volar", explica María Ángeles, afortunada porque, pese al tiempo perdido, tiene vacaciones suficientes como para viajar a Granada y disfrutar de unos días de descanso. "No vamos a hoteles, sino a una casa particular, por lo que nuestra pérdida es menor. ¡Eso sí, nos hemos quedado sin las entradas para la Alhambra!", explica la mujer, que no oculta su sonrisa mientras avanza con cierta rapidez en la cola de facturación de Vueling.

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María Ángeles y su familia debían tomar el avión a Granada el viernes a las 19 horas. Primero les comunicaron que el vuelo saldría con dos horas de retraso. Pero después vieron que no habría forma posible. Ayer, sábado, pasaron cinco horas más en el aeropuerto, también sin fortuna. Al final, lograron acceder a una ventanilla de Vueling y cambiar el billete para hoy. "No me lo puedo creer, por fin nos vamos", insiste la mujer.

En una cola más larga esperan también Patricia Ramos y José Ángel Cabello, una pareja que aguarda su turno para viajar a Nueva York. Precavidos, se habían preparado para lo peor. "Ya estábamos más pendientes de cómo gestionar las reclamaciones que del viaje en sí", explica la pareja, con cuatro maletas pendientes de facturar. "No creo que el estado de alarma haya sido excesivo. No nos olvidemos de quiénes son los culpables. Para mí, los controladores aéreos son unos delincuentes", explica Patricia, que ayer pasó el día pendiente de las noticias sobre los aeropuertos y llorando a ratos. "Es un viaje muy caro, ahorras todo el año para poder hacerlo y ya nos veíamos en lo peor. Pero hasta que no despegue el avión no me lo creeré".

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