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España tropieza con la renuncia de Egipto en su intento por relanzar la Unión por el Mediterráneo

Relanzar la Unión por el Mediterráneo (UPM) era uno de los objetivos de la gira por Oriente Próximo que hoy concluye en Líbano la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez . La organización nacida en julio de 2009 en París, sobre las cenizas del proceso de Barcelona, debía haber sido el vehículo de una nueva relación entre Europa y la ribera sur del Mediterráneo, a través de programas de desarrollo en sectores como las energías renovables o las autopistas del mar. Pero los proyectos técnicos se convirtieron en rehenes del conflicto árabe-israelí y de la nula representatividad de los interlocutores de la orilla sur. Baste recordar que el copresidente de la UMP, junto al francés Nicolas Sarkozy, era el derrocado autócrata egipcio Hosni Mubarak.

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El Consejo Europeo del pasado viernes acordó relanzar la organización; adaptándola a la nueva realidad surgida de las revueltas árabes reorientándola para impuse la relación privilegiada que la UE quiere establecer con incipientes democracias como Túnez y Egipto.

El plan europeo tropieza, sin embargo, con el escaso interés que muestran sus socios del sur por revitalizar una organización mortecina. de sus socios del sur. Las nuevas autoridades egipcias han anunciado a la jefa de la diplomacia española su intención de ceder la copresidencia que ostentaba Mubarak. Es obvio que sus prioridades en este momento son otras. Pero sustituir a Egipto no resulta fácil. El relevo debe tomarlo un país del sur y solo Jordania, además de Egipto, reconoce diplomáticamente a Israel, una condición imprescindible ya que este último forma parte de la UPM. En el Magreb, Túnez y Marruecos serían aceptables para el Estado judío.

La búsqueda de una nueva copresidencia se suma a la necesidad de cubrir la secretaría general de la UPM, con sede en Barcelona, vacante tras la dimisión en enero pasado del jordano Ahmad Jalaf Masadeh. Aunque no hay candidatos oficiales, Marruecos y Turquía se han postulado oficiosamente para el puesto. El primero debe vencer las reticencias de Argelia y el segundo, la oposición, casi insalvable, de Chipre. Fuentes diplomáticas advierten que habrá que negociar conjuntamente los dos puestos. España ha renunciado a organizar a medio plazo la cumbre euromediterránea la prevista en junio pasado en Barcelona, pospuesta primero hasta noviembre y luego anulada. Se conforma con avanzar en las reuniones de carácter técnico, soslayando los encuentros políticos.

Pero incluso reunir a altos funcionarios resulta cada vez más difícil. Jiménez ha salido de Damasco con la impresión de que el régimen sirio está convencido de que su complacencia con Israel fue uno de los factores que socavaron y no está dispuesto a aflojar su línea de firmeza, al menos en público. También se espera que las nuevas autoridades de El Cairo, aunque mantengan el acuerdo de paz con Israel, se distancien cada vez más de la línea de Mubarak y aflojen el cerco a la franja de Gaza desde el lado egipcio. Todo el tablero de Oriente Próximo se está moviendo y, hasta ahora, la UPM no ha demostrado estar a la altura del reto.

Trinidad Jiménez saluda al primer ministro egipcio, Essam Sharaf.
Trinidad Jiménez saluda al primer ministro egipcio, Essam Sharaf.EFE

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