Finito de Córdoba y Arancha del Sol logran una condena para Ana Rosa

La Sala Primera del Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación presentado por Ana Rosa Quintana y confirma así la condena que le fue impuesta por vulnerar el honor y la intimidad de los demandantes: el matrimonio formado por la actriz y presentadora Arancha del Sol y el torero Finito de Córdoba.

Los hechos constitutivos de intromisión tuvieron lugar durante las emisiones de El programa de Ana Rosa de los días 7 y 14 de febrero de 2005, en las que se dieron como noticia simples rumores acerca de una presunta infidelidad del torero.

La Sala considera acertada la reclamación de los demandantes, que sostienen que se vulneró sus derechos al honor y a la intimidad.

El magistrado considera que en febrero del 2005 aún estaba vigente el artículo 82 del Código Civil que contemplaba la infidelidad conyugal como causa de separación, de forma que la información no veraz sobre infidelidades conyugales daña "tanto el honor del cónyuge a quien se atribuye la infidelidad como el del cónyuge que la estaría soportando, pues del primero se predica un comportamiento indebido y al segundo se le atribuye una situación socialmente considerada en general como humillante o digna de lástima que constituye un atentado a su dignidad y reputación, no siendo deber del afectado desmentirlos, sino obligación del informador el de no extenderlos más, y con menor motivo cuando por el horario de las emisiones era posible que llegara a conocimiento de la hija de la pareja, directamente o a través de lo que se hubiera podido comentar en los hogares de sus compañeros".

La sentencia también tiene en cuenta que, si bien los demandantes son personas de proyección pública y gozaban de notoriedad por sus respectivas profesiones de matador de toros y actriz y presentadora, la noticia difundida se refiere a "fuentes indeterminadas" para acreditar su veracidad, además de que la notoriedad y proyección pública de los demandantes y el hecho de que hubiera autorizado antes la publicación de un reportaje sobre su boda, incluso obteniendo un beneficio económico, no les privaba del derecho a preservar del conocimiento público el resto de aspectos de su vida privada.

En tercer lugar, la sentencia basa su decisión en que las alegaciones de la productora relativas a la posición neutral de la presentadora del programa, a no tener paparazzi o a que la noticia había sido suficientemente contrastada y "divulgada hasta la saciedad" son inconsistentes.

Finalmente, la sentencia considera proporcionada la indemnización concedida de 100.000 euros y rechaza por poco creíble y contraria a la buena fe la alegación relativa a la poca difusión del programa -la productora se había negado en su momento a facilitarla-.

Este no es el único asunto judicial que tiene pendiente Ana Rosa Quintana. La presentadora está imputada por haber entrevistado en su programa a Isabel García , la esposa del presunto asesino de la niña Mari Luz Cortés. García confesó en directo en el programa de televisión que su marido había matado a la niña. Por ello, Quintana ha tenido que declarar en los juzgados de Plaza de Castilla.