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El detenido por la muerte de su jefe dice que le mató "en un momento de calentón"

Comparece ante la juez antes de su previsible traslado a la prisión de Soto del Real

El autor confeso del asesinato a martillazos de su jefe en una finca del municipio madrileño de Navacerrada ha declarado que ambos mantuvieron una discusión porque este le exigía que trabajara más y que, en un momento dado, se calentó y acabó con su vida. El cuerpo, que fue hallado entre un gran reguero de sangre, presentaba numerosos golpes en la cabeza, que se habían producido con un martillo hallado en el lugar, informa Tono Calleja.

Según ha informado hoy un portavoz de la Guardia Civil, el presunto agresor, de 67 años y trabajador en la finca Las Cerquillas, propiedad del fallecido, José Ignacio Cangas Herrero, de 89 años, se encuentra en el Juzgado de Colmenar para comparecer de nuevo ante la juez, que decidirá si envía a el presunto homicida a prisión provisional o no. Se espera que sea trasladado a la prisión de Soto del Real.

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Según la declaración del autor confeso, que según los vecinos se llama Daniel, el anciano le instó en repetidas ocasiones a que trabajara más porque, a su juicio, lo hacía "poco". Según su versión, no era cosa de un día. Le criticaba constantemente y le tachaba de "vago y holgazán". "En un momento de calentón", ha declarado el presunto asesino, propinó a su jefe varios golpes en la cabeza con un martillo, lesiones que le causaron la muerte. Las primeras investigaciones sobre el terreno, según la Guardia Civil, confirman en un principio la versión del arrestado.

Los hechos ocurrieron a mediodía de ayer en una finca privada de Navacerrada (2.765 habitantes), situada en el Camino del Río, donde propietario -viudo- y guardés -casado y con una hija- vivían en casas separadas. El suceso se produjo en ausencia de la mujer y la hija del guardés, que se ausentaron durante toda la mañana, probablemente a una revisión médica, por lo que no se enteraron del suceso hasta las tres de la tarde. Tras la agresión, el ahora detenido llamó por teléfono al puesto de la Guardia Civil del municipio de Becerril de la Sierra y confesó ser el autor de la muerte del octogenario. Luego, se dirigió a ese mismo puesto y se entregó.

Previsiblemente el anciano será enterrado mañana en el cementerio de Navacerrada donde la familia tiene un panteón, tras serle realizada la autopsia ayer en el tanatorio de Colmenar. La noticia de la muerte violenta del empresario ha sido muy comentada por los vecinos de Navacerrada. Prácticamente todos conocían al fallecido, e incluso al supuesto agresor: "Cangas era una bellísima persona, y los que digan lo contrario es que no lo conocían", explicaba ayer a este diario una mujer, que puntualiza: "Daniel [el supuesto agresor] también era muy buena persona, no entendemos qué ha podido suceder. Todo tuvo que originarse en una discusión, pero no entendemos nada".

Otras personas destacaron ayer el fuerte carácter del fallecido, que en alguna ocasión llegó a tener problemas en las inmediaciones de la finca: "Por eso, lo que pudo pasar es que después de muchas disputas, Daniel perdiera la cabeza, y cometiera el crimen", apunta un vecino como hipótesis, aunque reconociendo que no tenía ni idea de lo que realmente había ocurrido.

Interior de la finca Las Cerquillas de Navacerrada, donde fue asesinado el empresario.
Interior de la finca Las Cerquillas de Navacerrada, donde fue asesinado el empresario.T. C.

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