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El ministro de Finanzas alemán, el democristiano Wolfgang Schäuble, representa la línea más dura con Grecia con su insistencia en que Atenas debe respetar los acuerdos firmados. La frase la pronunció en febrero en Berlín, en una rueda de prensa en la que compartía mesa con su homólogo griego, Yanis Varoufakis. Fue un encuentro tenso en el quedó claro el enfrentamiento entre dos visiones de la economía, la política y de la historia europea.
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Guerra de palabras sobre Grecia

La negociación entre Atenas y los acreedores está marcada por una escalada retórica que escenifica las divisiones

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