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HiveColab: talento desde Kampala

Los parques tecnológicos permiten que brillen los jóvenes talentos, pero la brecha de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se mantiene

Un joven trabaja con su portátil en las instalaciones de Hivecolab.
Un joven trabaja con su portátil en las instalaciones de Hivecolab.Rosebell Kagumire
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La tecnología ha ofrecido a los jóvenes de Uganda grandes oportunidades de innovar y emprender en áreas con las que solo podían soñar hace 10 años. En junio de 2014 había 8,5 millones de usuarios de Internet, el 23% de la población, y el número sigue aumentando gracias a la rápida expansión de la telefonía móvil. Casi 20 millones de personas tienen acceso a móviles.

Con un crecimiento tan rápido de las herramientas de comunicación, los jóvenes ugandeses están aprovechando la oportunidad para innovar y buscar soluciones a algunos de los problemas a los que se enfrentan las comunidades. Una de estas aventuras es HiveColab, un centro o parque de incubación empresarial ubicado en el centro de Kampala que proporciona espacio para que ellos puedan transformar sus ideas en proyectos. En él, es fácil encontrar a emprendedores del sector tecnológico intercambiando ideas. Otros muchos acuden para acceder a Internet, colaborar y encontrar mentes similares con las que establecer redes.

HiveColab, creado por Appfrica en 2010, obtuvo un gran reconocimiento, y muchos jóvenes ugandeses acudieron en tropel al centro para recibir una formación que a menudo no aporta el sistema educativo oficial. “Pusimos en marcha el proyecto al darnos cuenta de que el motivo por el que la gente crea su propia empresa es ganar dinero, de modo que, si una empresa o un trabajo no aporta dinero, la motivación se pierde”, explica Barbara Birungi, cofundadora y directora de HiveColab.

Los emprendedores sociales tenían ideas, pero carecían de espacio en el que trabajar y, con mucha frecuencia, quienes poseían las aptitudes carecían de conocimientos para crear y dirigir una empresa. “Somos un espacio de incubación social, centrado en las innovaciones que van a favorecer a Uganda, y no solo en ganar dinero”, explica Birungi. “Nos centramos en la educación, la salud, la agricultura, la transparencia y la gobernanza para crear innovaciones capaces de lograr cambios en estas áreas, y ayudar a cubrir necesidades”.

Este año, HiveColab ha sacado Yoza, una aplicación para Android. Yoza, derivado de una palabra en luganda que significa “lavar”, es una aplicación que conecta a muchos ugandeses de clase media y baja residentes en las ciudades que no disponen de fondos para comprar lavadora, con ayudantes que buscan encargos de lavandería.

Dos chicos trabajan en HiveColab.
Dos chicos trabajan en HiveColab.R. Kagumire

“Esta aplicación conecta y beneficia principalmente a mujeres de las ciudades pertenecientes a estratos de rentas bajas y desempleadas”, explica Birungi. “Tenemos muchas madres solteras que consiguen empleo, y una de las empresas de telecomunicaciones, MTN, ha prometido incluir Yoza en la lista de servicios móviles de sus teléfonos”.

Birungi señala que la aplicación permite a los usuarios calificar el trabajo de la persona que les hace la colada. Cuantas más estrellas tenga, más encargos recibe. Considera que el servicio es más fiable porque cada persona que ofrece sus servicios a través de Yoza está sometida a aprobación y se conoce su dirección. “Las mujeres consiguen encargos y se dan cuenta de que funciona bien, de modo que se lo recomiendan a otras que necesitan ganar algo de dinero”.

Otra aplicación elaborada por HiveColab en 2015 es Nakazade, una innovación sanitaria que permite proporcionar a las mujeres embarazadas de las zonas rurales información sobre controles prenatales y posparto. “Trabajamos fuera de Kampala, con el Hospital de Nagalama, para proporcionar información sanitaria y evitar que muchas embarazadas tengan que recorrer distancias largas para llegar al centro de salud más cercano”, explica Birungi. “Proporciona una amplia información, desde qué evitar hasta los servicios disponibles en cada centro de salud, como la planificación familiar, y también podemos recibir opiniones de la comunidad”.

Hay muchas dificultades a la hora de dar uso a las nuevas tecnologías, pero en el caso de la aplicación Nakazade, HiveColab colaboró con proveedores de servicios como hospitales, y también con el Ministerio de Sanidad, para garantizar que se utilizan sus innovaciones. “Incluso antes de crear el prototipo, llevamos los programas a las comunidades y pedimos opiniones para descubrir cómo adaptarlos mejor a las personas”, dice.

Los emprendedores sociales tenían ideas, pero carecían de espacio en el que trabajar

De seis innovaciones, solo estas dos salieron adelante.

Respecto a las alianzas con otros emprendedores tecnológicos africanos, Birungi afirma que HiveColab forma parte de Afrilabs, una red africana de centros de cuyo consejo directivo forma parte. Cuando se le pregunta por la sostenibilidad de dichos parques, su respuesta permite hacerse una idea bastante buena de la situación.

“Los parques pasan serios apuros y muy pocos son sostenibles como para disponer de redes que financien empresas. Aprendemos de lo que ha funcionado y de lo que ha fracasado en otros similares en África”, señala. Los diversos parques, afirma, emprenden periódicamente proyectos conjuntos y ayudan a evaluar sus diferentes mercados.

Birungi explica que HiveColab tiene un “modelo mixto” de financiación. “Cobramos una cantidad por espacio de oficina. Antes éramos un parque gratuito, pero algunos se aprovecharon”, dice. “También ofrecemos servicios de desarrollo de empresas”. En el país, HiveColab se ha aliado con organismos públicos, empresas y universidades que ayudan a financiar su labor de innovación. Tiene también donantes que financian proyectos particulares a corto plazo.

Cualquiera relacionado con el emprendimiento tecnológico debe enfrentarse a la brecha de género. HiveColab tiene mayor paridad entre sexos, pero no es el caso de la industria en el país. Muy a menudo las innovaciones están dominadas por los hombres. Women in Technology (Mujeres en la tecnología, WITU), la otra sección de HiveColab, ofrece a las jóvenes espacio para la formación y la colaboración.

Reunión de trabajo en Hivecolab.
Reunión de trabajo en Hivecolab.R. Kagumire

“Muchas chicas desconocían las tecnologías y cómo integrarse en ellas. Al principio, cuando convocamos los primeros cursos, teníamos una relación aproximada de tres por cada 50 chicos participantes, y en el tercero, ya no había ninguna”, cuenta Birungi. “Ahora organizamos clases separadas para mujeres jóvenes, para que adquieran confianza antes de introducirlas en programas más amplios. Y está funcionando”.

Birungi comenta que, hace cinco años, esta brecha de género, en especial entre los jóvenes interesados por la tecnología, era demasiado evidente, pero ahora muchos grupos respaldan el aumento de mujeres jóvenes en las TIC. “Es muy importante encontrar a estas chicas cuando aún son jóvenes, cuando todavía están en secundaria, para que cuando lleguen a la universidad sepan dónde se meten y esto les facilite la preparación para convertirse en profesionales de las TIC”.

Fuera de los laboratorios tecnológicos, la adopción de las TIC en el país sigue siendo baja, aunque esta situación está cambiando con rapidez. Birungi lo atribuye al desconocimiento de las oportunidades que las TIC ofrecen y de su importancia para el desarrollo. “Tenemos jóvenes poco preparados y la tasa de desempleo es alta. Está demostrado que las TIC sirven para proporcionarles trabajo a muchos de ellos”.

Hace cinco años la brecha de género entre los jóvenes interesados por la tecnología era evidente, pero ahora muchos grupos respaldan el aumento de mujeres en las TIC

Opina que el Gobierno ha ayudado mucho, por ejemplo, convirtiendo las TIC en una asignatura principal y obligatoria en los colegios, pero aún queda mucho por hacer. La diferencia entre las zonas rurales y urbanas sigue siendo real, y parques como HiveColab siguen beneficiando principalmente a los jóvenes de las ciudades.

“En todo el mundo, la rápida expansión digital ha beneficiado más a los ricos y a los que tienen preparación e influencias, que están en mejores condiciones para aprovechar las nuevas tecnologías”, indica el nuevo Informe Mundial de Desarrollo de 2016, En el documento se afirma también que no es sorprendente que “los que más saben, los que disfrutan de mejores conexiones y los más capaces son los que más se benefician, y las ventajas de la revolución digital no son algo ampliamente compartido”.

Lugares como HiveColab están permitiendo a los jóvenes aportar soluciones innovadoras para sus comunidades, pero estos centros tendrían más influencia si se ponen a disposición de un número considerable de jóvenes no pertenecientes a las reducidas comunidades tecnológicas. En 2016, HiveColab se ha propuesto como meta trabajar con cuatro universidades y obtener 10 innovaciones de cada una de ellas. Birungi y su equipo están dispuestos a llevar los conocimientos en TIC a los espacios que más lo necesitan.

Ficha técnica

País: Uganda

Número de miembros: Seis fundadores

Año de creación: 2010

Objetivo: Inspirar a las nuevas generaciones a desarrollar aplicaciones tecnológicas y guiar a la juventud hacia la innovación. Apoyar a las start-ups en sus inicios.

Logros: Pionero en los hubs tecnológicos de la región. haber dotado de identidad y ayudado a financiarse y crecer a un gran número de empresas tecnológicas.

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