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Tribuna
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El aroma a Podemos de Jean-Luc Mélenchon

La Francia Insumisa tiene varios puntos en común con el partido morado

Jean-Luc Melenchon, durante un mitin en París.Vídeo: REUTERS / EPV

Jean-Luc Mélenchon, el candidato del movimiento La Francia Insumisa, ha pasado en pocas semanas de jugar un papel testimonial en la campaña presidencial francesa a pisarles los talones a los favoritos, el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen.

El candidato insumiso no esconde sus fuentes de inspiración política: movimientos políticos latinoamericanos como la ‘revolución ciudadana’ de Rafael Correa en Ecuador, el demócrata estadounidense Bernie Sanders y Podemos. A pesar de las diferencias entre la situación política y el sistema institucional en Francia y en España, existen interesantes puntos en común entre la campaña de Mélenchon y las del partido morado.

El primer elemento común es la adopción de un discurso populista. El Mélenchon de 2017 habla más de patria y de pueblo que de izquierda. Ya no se dirige al “pueblo de izquierdas” como en 2012, durante su primera campaña presidencial, sino al “pueblo” a secas. Se le nota la influencia de Chantal Mouffe, teórica del populismo y referencia de Podemos junto a su marido Ernesto Laclau. El libro de Mouffe e Íñigo Errejón Construir pueblo, recientemente traducido al francés, se ha convertido en la obra de cabecera de muchos de los estrategas de La Francia Insumisa y Mélenchon se ha dejado ver al lado de Mouffe en eventos como la Marcha por la VI República convocada por La Francia Insumisa. El cambio también se ha notado en los símbolos: en los mítines de Mélenchon cada vez hay menos banderas rojas y más banderas tricolor.

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La apuesta populista no solo ha supuesto un cambio de símbolos y discursos, sino también una ruptura organizativa. En 2012, Mélenchon se presentó a las elecciones como candidato del Frente de Izquierdas, una alianza compuesta por el Partido Comunista, el partido de inspiración trotskista Ensemble y el Partido de Izquierdas (fundado por el propio Mélenchon). Esta vez, el eurodiputado ha decidido ir por libre. En febrero de 2016 presentó en solitario su movimiento La Francia Insumisa, sin esperar a sus antiguos aliados comunistas. Meses después, la militancia del PCF decidió por un estrecho margen apoyar la campaña de Mélenchon. El enfado de los jerarcas comunistas durante el último año recuerda al que invadió las filas de Izquierda Unida en 2014, cuando Podemos surgió de la nada y devoró a su electorado.

Otro elemento en común entre La Francia Insumisa, Podemos y sobre todo la campaña de Bernie Sanders es la importancia de las redes sociales. En los últimos meses el candidato de La Francia Insumisa se ha convertido en un hiperactivo youtuber y su canal ya tiene casi 300.000 seguidores. En su programa semanal en Youtube, el candidato insumiso comenta la actualidad en detalle y con un tono pedagógico muy alejado de la agresividad que a menudo ha mostrado en entrevistas y debates televisados. El formato de monólogo conviene perfectamente al carácter del candidato, como explica uno de los responsables de la campaña: “¿Cómo se va a enfadar si puede decir lo que quiera?”. Como sucedió en las campañas electorales de Podemos y Ahora Madrid, los memes y los vídeos humorísticos sobre Mélenchon se han multiplicado en Internet, contribuyendo a dulcificar su imagen.

Podemos y La Francia Insumisa también se parecen en que ambos deben parte de su éxito a movimientos sociales preexistentes. La candidatura de Mélenchon no deriva de un movimiento social de la misma manera que Podemos fue la traducción electoral del 15-M. Sin embargo, las movilizaciones contra la reforma laboral impulsada por François Hollande y Manuel Valls en la primavera de 2016 han contribuido al éxito de Mélenchon. Aunque el movimiento Nuit Debout duró solo unos meses y tuvo una magnitud mucho menor que el 15-M, la alianza entre los sindicatos y el movimiento de las plazas logró extender la oposición a la reforma laboral a las clases medias, alejándolas del Partido Socialista y acercándolas a Mélenchon.

La Francia Insumisa no es Podemos, pero tiene varios puntos en común con el partido morado. Quizá el más importante sea la ilusión que la campaña de Mélenchon está insuflando en amplios sectores de la sociedad francesa, hartos de una vida política dominada por los recortes sociales, la obsesión con el terrorismo y el fantasma del Frente Nacional. Por lo tanto, no es casualidad que los medios franceses hayan bautizado el crecimiento electoral de Jean-Luc Mélenchon con la palabra española “remontada”, una referencia a la meteórica subida de Podemos antes de las elecciones generales de 2015.

Pablo Castaño es doctorando en Sociología en la University of London e integrante de “Podemos en el exterior".

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