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Lula jura su cargo como presidente de Brasil arropado por medio millón de personas

El líder del Partido de los Trabajadores reitera en el discurso de investidura, interrumpido continuamente por los aplausos, su compromiso contra el hambre y su obsesión por empleo

El presidente electo de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, ha sido recibido por centenares de personas a su llegada a la explanada de los Ministerios, corazón de Brasilia, desde donde ha partido en coche hacia el Congreso Nacional. Tras el multitudinario paseo, el pleno parlamentario y representantes de 118 naciones han asistido a su toma de posesión, que se ha producido sobre las 14.00 hora local (18.00 hora peninsular española). Durante el discurso de investidura, interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos, el ya nuevo presidente de Brasil ha reafirmado su compromiso contra el hambre que sufren millones de personas en su país y su "obsesión" por crear empleo.

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Brasilia, la capital diseñada hace 42 años por Óscar Niemayer, ha amanecido hoy llena de globos, banderas y viajeros de todas las regiones del país, una multitud que ha rondado el medio millar de personas. A pesar de la amenaza de lluvia, sólo la selección pentacampeona mundial, el Papa y el fallecido piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna han tenido un poder de convocatoria como el demostrado hoy por Lula. Por primera vez en la historia democrática del país, Lula ha convertido su investidura, un acto que suele quedar en mero protocolo, en una fiesta popular a la que han acudido medio millón de brasileños, incluidos representantes de las tribus del Amazonas.

En un espectáculo histórico, Lula ha desfilado por una abarrotada avenida de la Explanada de los Ministerios en un Rolls Royce descapotable, entre los aplausos de un pueblo esperanzado que coraba el "ole, ole, ola, Lula, Lula". Ya en el Congreso, se ha producido el momento que Lula llevaba esperando desde hace 13 años, cuando dio el salto del sindicalismo a la política: "Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil", ha declarado Lula al asumir su "compromiso constitucional".

Una promesa: tres comidas al día

En el mismo acto ha sido investido el nuevo vicepresidente, Jose Alencar, un próspero empresario de la industria textil que, igual que el nuevo jefe de Estado, estudió hasta quinto curso de primaria. Tras jurar su cargo, Lula ha recordado su principal oferta de campaña: "La misión de mi vida estará cumplida si al final de mi mandato cada uno de los brasileños puede desayunar, almorzar y cenar cada día". Lula, de 57 años, ha señalado entre sollozos que "de ninguna manera desperdiciará la oportunidad única" que le dieron "millones y millones de brasileños". En Brasil "se votó por un cambio y cambio será la palabra clave" en su Gobierno.

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Su primer pronunciamiento como el presidente de la undécima economía del mundo -llamada Belindia por tener un desarrollo industrial similar al de Bélgica y una desigualda social que recuerda a India- lo ha dedicado al hambre, que sufren entre 25 y 50 millones de brasileños. El antiguo tornero ha recordado la miseria de la región en que nació y de la huyó para "no morir de hambre" y ha convocado a todos los sectores a encarar una "auténtica cruzada contra ese flagelo". En el ámbito de la política exterior, sus prioridades serán el fortalecimiento del Mercosur y la unidad de Sudamérica y de toda América Latina. Así, se ha comprometido a luchar por "la constitución de una Sudamérica estable, sólida, unida y con bases democráticas".

El líder del Partido de los Trabajadores saluda a la multitud en su camino hacia el Congreso.
El líder del Partido de los Trabajadores saluda a la multitud en su camino hacia el Congreso.AP
Seguidores del líder del Partido de los Trabajadores, durante los preparativos de la investidura.
Seguidores del líder del Partido de los Trabajadores, durante los preparativos de la investidura.AP

El Príncipe de Asturias, espectador de honor

A la ceremonia de investidura han asistido los jefes de Estado de Argentina, Eduardo Duhalde; Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada; Cuba, Fidel Castro; Chile, Ricardo Lagos; Uruguay, Jorge Battle; Perú, Alejandro Toledo, y Venezuela, Hugo Chávez. También han estado presentes los presidentes de Portugal, Jorge Sampaio, de Sudáfrica, Thabo Mbeki, y los primeros ministros de Suecia, Goran Persson, de Serbia, Zoran Djindjic, así como el Príncipe de Asturias Felipe de Borbón, en representación de España, y delegaciones de 118 países.

En nombre de Estados Unidos han acudido el responsable de Comercio Exterior, Robert Zoellick y el representante de la Casa Blanca para América Latina, John Maisto. Entre los invitados, también se encuentran representantes de organismos multilaterales de crédito, las Naciones Unidas y otras entidades. Antes de la ceremonia, las delegaciones han sido recibidas por el presidente saliente, Fernando Henrique Cardoso, quien se ha despedido hoy tras ocho años en el poder. Cardoso ha saludado a los visitantes en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en el que ha sido su último acto oficial antes de entregar la banda presidencial a Lula.

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