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LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación en el Reino Unido

Alastair Campbell, director de Comunicación de Blair, dimite por el 'caso Kelly'

Una encuesta revela la pérdida de confianza de los británicos en su primer ministro tras la muerte del científico

El caso Kelly se ha cobrado hoy su primera víctima política. El director de Comunicación de Tony Blair, Alastair Campbell, ha presentado su dimisión, según ha anunciado Downing Street en un comunicado. Campbell fue acusado por Kelly de ser el responsable de "hacer más sexy" el informe sobre el arsenal iraquí que Tony Blair usó para justificar la guerra de Irak ante el parlamento el pasado mes de septiembre.

El anuncio se ha producido al día siguiente de que Blair testificase ante el juez James Hutton, que investiga la muerte de David Kelly, fuente de una polémica noticia de la BBC que acusó al Gobierno de exagerar la amenaza iraquí.

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No obstante, Campbell ha restado importancia al caso Kelly, la crisis más importante que ha tenido que afrontar Blair en sus seis años de mandato, como causa de su renuncia. "Acordamos el 7 de abril de este año que me iría este verano y ahora he dado al primer ministro, de forma oficial, noticia de mi decisión de abandonar", dice Campbell en un comunicado emitido por la residencia oficial del primer ministro. Un portavoz de Downing Street ha puntualizado que la dimisión no será efectiva inmediatamente, pero no ha dado detalles de cuándo lo será.

La muerte el 19 de julio del científico y asesor de armas David Kelly está poniendo en serios aprietos al Gobierno laborista de Tony Blair. Kelly fue la fuente principal de un reportaje de la BBC en el que se acusó al Gabinete, y en especial a Campbell como responsable, de inflar las informaciones de los servicios de inteligencia para elaborar un informe que fue leído por Blair en el Parlamento el pasado mes de septiembre. En él, entre otras cosas, se decía que Sadam era capaz de lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en apenas 45 minutos. El reportaje, la posterior revelación de que había sido un científico asesor del Ministerio de Defensa el que había hablado con la BBC y su muerte a los pocos días de conocerse su condición de fuente han sumido al Gobierno de Blair en su peor crisis desde que subió al poder en 1997.

El juez Brian Hutton inició una investigación sobre la muerte del científico y sus circunstancias, sobre la autenticidad del informe sobre el arsenal iraquí y sobre la responsabilidad del Gobierno y el ministerio de Defensa de que Kelly fuese arrojado a la luz pública. En la investigación han declarado tanto el autor del reportaje como el propio Campbell o incluso el primer ministro, que lo hizo ayer, así como distintos asesores de Defensa y del Gobierno.

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En su comparecencia ante Hutton, Campbell negó cualquier responsabilidad en el contenido del informe del 24 de septiembre de 2002, rechanzando la acusación de la BBC de haber presionado a los servicios secretos para reforzar el argumento del Gobierno británico a favor de la guerra. "No añadí ni quité nada, ni tuve ninguna influencia", dijo acerca del informe que incluía la polémica referencia a la inminente amenaza que representaba Sadam Husein. Sobre Campbell pesa la acusación del periodista de la BBC Andrew Gilligan de haber manipulado el informe de los servicios de espionaje para reforzar el argumento de Blair a favor de la guerra.

También se distanció, además, de la polémica en torno a la identificación del científico como fuente de la BBC, porque, según señaló, "el primer ministro me instruyó para que me mantuviera al margen de este acontecimiento" . "No estoy criticando a nadie, pero podríamos haber actuado mejor", confesó.

Pérdida de confianza

La dimisión de Campbell se suma hoy a la constatación de la falta de confianza de los británicos en primer ministro. Una encuesta realizada por YouGov y poblicada por The Daily Telegraph muestra que Tony Blair sólo cuenta con la confianza del 27% del electorado desde que estalló el caso Kelly, cuando tras su estreno en el Gobierno contaba con un 74% de apoyo. Asimismo, el sondeo de YouGov, realizado entre el 26 y el 28 de agosto, indica que únicamente un 22% de los británicos considera que su Gobierno es "honrado y digno de confianza".

En las últimas elecciones generales de 2001, un 56% de los votantes manifestaron su apoyo al Ejecutivo laborista, según reflejó entonces una encuesta de Gallup. Ahora, la consulta del Telegraph señala que, si se celebrasen hoy elecciones generales en este país, un 37% votaría al Partido Conservador, frente a un 35% que elegiría al Partido Laborista de Blair.

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