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Una nueva oleada de atentados suicidas mata a al menos 31 personas en Irak

Los ataques llegan un día después de una de las jornadas más sangrientas desde la invasión estadounidense

Apenas un día después de una de las jornadas más sangrientas desde la invasión de Irak, en la que murieron más de 150 personas en una serie de atentados de Al Qaeda, una nueva oleada terrorista ha vuelto a golpear la capital del país. En tres ataques suicidas en el barrio de Al Dura de Bagdad, dos de ellos simultáneos, han muerto 24 policías iraquíes. Un nuevo recuento y otros atentados en Mosul y Kirkuk han elevado la cifra a 31. Los ataques son la respuesta de los terroristas a la ofensiva combinada de los ejércitos estadounidense e iraquí en la localidad de Tal Afar, al noreste del país, considerada refugio de activistas islámicos que pasan desde Siria.

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A primera hora de la mañana, un conductor suicida ha lanzado su coche bomba contra un convoy policial y lo ha hecho estallar, acabando con la vida de 15 agentes e hiriendo a otras 21 personas. Se trataba de un convoy de agentes de comandos policiales, fuerzas de elite especialmente destinadas a la lucha contra la insurgencia.

Apenas unas horas después, otros dos ataques suicidas coordinados, perpetrados con apenas un minuto de diferencia en el mismo barrio de Al Dura, han acabado con la vida de otros nueve agentes de policía. Al igual que en el caso anterior, el objetivo eran las fuerzas de elite de la naciente policía iraquí.

Paralelamente, la televisión oficial iraquí Al-Iraquia informó, por su parte, de la muerte en la ciudad septentrional de Kirkuk, capital petrolera de Irak, de dos policías, víctimas de una bomba que estalló al paso de su convoy. En Mosul, un imán de una mezquita fue tiroteado hasta la muerte cuando abandonaba el templo en compañía de tres asistentes, que resultaron heridos.

Los atentados de ayer, reivindicados por la rama de Al Qaeda en Irak, dirigida por el terrorista jordano Abu Musab Al Zarqaui, fueron la respuesta de los insurgentes a la ofensiva que las fuerzas estadounidenses e iraquíes en la ciudad de Tal Afar, cercana a la frontera con Siria y considerada uno de los refugios de los insurgentes que amenazan con llevar al país a la guerra civil. En la ofensiva en Tal Afar, el mando estadounidense asegura que ha acabado con más de 150 insurgentes y detenido a otros 400. EE UU cree que la ciudad era el refugio de muchos terroristas extranjeros que han accedido a Irak a través de la frontera con Siria, a cuyo Gobierno ha instado para que impida dicho tránsito.

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Además, los atentados se producían el mismo día en que se presentó la versión definitiva de la futura Constitución iraquí, que no cuenta con el beneplácito de la minoría suní (un 20% de la población). El texto, que fue entregado a la ONU para que distribuya copias entre la población, no cuenta con el apoyo suní, sobre todo en lo referente a la organización territorial del país, que prevé la creación de regiones autónomas en el norte kurdo y en el sur chií del país, las zonas más ricas en petróleo. Los suníes temen que esa organización les deje sin participación en la mayor fuente de ingresos de Irak. La Constitución debe ser sometida a referéndum el próximo 15 de octubre.

Un grupo de iraquíes examina los chalecos antibala de los agentes que han sufrido uno de los atentados.
Un grupo de iraquíes examina los chalecos antibala de los agentes que han sufrido uno de los atentados.REUTERS

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