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Uribe mantiene las garantías para que las FARC liberen a los rehenes

Bogotá dice que exigirá a los mediadores respeto al Gobierno de Colombia

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, está cosechando una victoria política tras demostrarse que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mintieron: ha decidido poner límites a las comisiones internacionales humanitarias que buscan acabar con la pesadilla de los secuestrados en manos de esa guerrilla. Sin embargo, el Ejecutivo mantendrá las garantías que ofreció para facilitar la liberación de tres secuestrados —Clara Rojas, su hijo Emmanuel y Consuelo González de Perdomo— en la fracasada operación liderada por el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Aunque el canciller colombiano, Fernando Araújo, cerró las puertas a este apoyo internacional, ayer el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, aclaró que de ahora en adelante Colombia exigirá varios compromisos: confianza y respeto al Gobierno colombiano y comunicación permanente con él. Y discreción.

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Según el Gobierno de Bogotá, la comisión internacional que en diciembre participó en el sainete organizado desde Caracas para la recepción de los tres rehenes que las FARC prometió liberar cometió más de una imprudencia: por ejemplo, haciéndose eco de las FARC, llegó a pedir un cese de las acciones militares durante 48 horas en todo el territorio colombiano para que la guerrilla pudiera entregar las coordenadas del sitio donde cumpliría su promesa de devolver a la libertad a los tres secuestrados.

El analista León Valencia asegura, en cambio, que la mediación internacional va a continuar: "El tema de los rehenes despierta la sensibilidad nacional e internacional y da réditos políticos. Con anuencia del Gobierno o sin ella, esta intervención va a continuar". Y cree que Francia, donde la liberación de la secuestrada colombo-francesa Ingrid Betancourt se ha convertido en bandera política, insistirá apelando a la injerencia humanitaria.

Las FARC siguen pidiendo el despeje de dos municipios para cumplir la promesa hecha a Chávez. Pero el Gobierno de Uribe, fortalecido ahora en sus posiciones, se niega.

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