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Sarkozy admite haber cometido "errores" pero quiere continuar con las reformas

El presidente francés trata de recuperar la iniciativa política en una entrevista televisada en vísperas de su primer año de mandato

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, ha reconocido este jueves haber "cometido errores" durante su primer año de mandato y ha admitido "tener parte de responsabilidad" en la fuerte caída de popularidad que le otorgan los sondeos.

"Veo que hay descontentos, pero sé dónde voy", ha dicho durante una esperada entrevista televisada retransmitida por TF1 y France 2 desde la sala de fiestas del palacio presidencial. Sarkozy ha intentado convencer en algo más de hora y media a los franceses insatisfechos de las bondades de su actuación.

"Sin duda no hemos explicado bastante. Sin duda he cometido errores", ha admitido nada más comenzar la entrevista en la que ha pronunciado la palabra "error" hasta en cinco ocasiones. "A partir del momento en que los franceses están desconcertados, tengo una parte de responsabilidad", ha dicho al ser preguntado sobre su valoración en los sondeos.

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También ha considerado un "error de comunicación total" el controvertido paquete fiscal votado el pasado verano y que se ha percibido como un regalo del Gobierno a los franceses ricos. De igual forma, no ha negado la descoordinación y las declaraciones contradictorias de los miembros del Gobierno que ha atribuido a la "juventud" de algunos ministros.

De igual forma, el presidente parece haber asumido que la exposición mediática de su vida privada le ha pasado factura. "Sin duda tengo una parte de responsabilidad, razón de más para no hablar de ella esta noche", ha subrayado.

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El presidente francés se ha mostrado tranquilo y fiel a su estilo y ha dicho que aún quedan cuatro años para que concluya el mandato para el que ha sido elegido, tiempo suficiente a su juicio para llevar a cabo las reformas que necesita Francia, en "un contexto internacional difícil, razón de más para acelerarlas", ha dicho.

"No se convierte uno en francés en la cocina"

Preguntado por la huelga que llevan a cabo alrededor de 600 inmigrantes, mayoritariamente del sector de la restauración, para denunciar su situación y la de cientos de miles de personas que trabajan, y en muchos casos pagan sus impuestos y cotizan a la Seguridad Social, pero que pueden ser deportados en cualquier momento, Sarkozy no ha querido ceder un ápice en su oposición a una regularización masiva: "No se convierte uno en francés por trabajar en la cocina de un restaurante, por simpático que uno sea", ha dicho.

Así, ha insistido en que "no habrá una regularización global porque conducirá a la catástrofe". En este contexto ha citado los ejemplos de España e Italia, que optaron por esa política y provocaron un "efecto llamada" que al final beneficia a los "traficantes", según Sarkozy.

Además, ha criticado a aquellos empresarios que recurren a los sin papeles antes que a la mano de obra inmigrante legal. "No se me puede hacer creer que los patronos están obligados a emplear a sin papeles".

"No renunciaré"

En el plano internacional, Sarkozy ha dicho que pese a los fracasos no renunciará a conseguir la liberación de la político franco-colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC colombianas hace seis años y cuyo estado de salud es una incógnita. "Lo lograremos. No cederé. No renunciaré", ha declarado.

También ha dicho que como "jefe de Estado" se niega a entablar diálogo con Hamás y con el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, porque ambos quieren "borrar a Israel del mapa". En cambio, sí ha expresado su respaldo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, a quien "hay que ayudar y destinar" dinero.

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