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La embajada de EE UU en Myanmar cree que hay más de 100.000 muertos por el ciclón

La Junta Militar de Myanmar autoriza el primer envío de ayuda humanitaria.- La ONU calcula que hay cerca de un millón de personas sin hogar y 5.000 kilómetros cuadrados cubiertos por el agua en el delta de Irrawaddy

La devastación en Myanmar parece ser mayor de lo que se cree. Una diplomática estadounidense en el país ha afirmado hoy que tiene informaciones de organizaciones no gubernamentales que señalan que la cifra de muertos por el ciclón Nargir podría superar los 100.000, casi cinco veces más que los números oficiales suministrados por la Junta Militar birmana.

"La información que estamos recibiendo indica que bien pueden haber más de 100.000 muertos en el área del delta", ha dicho Shari Villarosa, encargada de negocios de la embajada estadounidense en Myanmar en una teleconferencia desde Rangún. Hasta el momento, según la Junta Militar que gobierna la antigua Birmania hay 22.500 muertos y 41.000 desaparecidos.

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"La situación en el delta suena más y más horrendo", ha dicho la diplomática. Mucha gente ha muerto allí porqye la tormenta llegó cuando estaban durmiendo y de repente recibieron la inundación o fueron arrastrados por el mar, ha explicado.

La magnitud de la catátrofe ha obligado a la Junta a autorizar el envío de un avión con 25 toneladas de ayuda humanitaria para las víctimas, según ha comunicado una responsable de Naciones Unidas (ONU). Las últimas informaciones del organismo internacional señalan que cerca de un millón de personas han perdido sus hogares y más 5.000 kilómetros cuadrados de tierra (similar a la superficie de la provincia de La Rioja) han quedado cubiertos por el agua tras el devastador paso del ciclón Nargis en la zona del delta de Irrawaddy.

La aprobación de las autoridades birmanas fue comunicada tras una reunión entre representantes del Gobierno y de Oficina de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) celebrada ayer en Nueva York. El avión despegará de una base logística de la agencia de la ONU en el sur de Italia. Por el momento se está preparando el cargamento y finalizando los trámites correspondientes.

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La portavoz de OCHA, Elizabeth Byrs, ha dicho que se espera la confirmación de la partida en ese mismo avión de un pequeño equipo de la oficina de la ONU para realizar una primera evaluación internacional de las necesidades más urgentes. Los militares habían aceptado previamente la ayuda pero responsables de la ONU con ayuda necesaria estaba ayer todavía paralizado en Bangkok a la espera de visado. Mientras tanto, poco pueden hacer los trabajadores humanitarios que operan en la zona de la catástrofe. El único personal que las agencias de la ONU tienen ahora en Myanmar son pequeños equipos del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Mundial de la Salud.

El sur, zona catastrófica

El azote del ciclón ha dejado un largo y desastroso rastro por el sur del país asiático, especialmente en la ciudad de Rangún, la mayor de la antigua Birmania. Con machetes, hachas, sierras y pocas herramientas más, la población de Rangún lucha por recuperar los servicios básicos destrozados por Nargis. Las prestaciones de la Junta Militar son nulas por ahora en una urbe de cinco millones de habitantes, que presenta una estampa repleta de postes eléctricos arrancados de cuajo y cables de tendido y generadores de alta tensión tirados por los suelos desde el pasado sábado.

El dolor y la gravedad de cientos miles de personas recrudece mientras pasan las horas. Según la prensa estatal, la zona más devastada es la situada en torno a la localidad de Bogalay, a unos 90 kilómetros al suroeste de Rangún y a la que únicamente se puede acceder navegando o en helicóptero. Unas 10.000 personas han perdido la vida y casi el 95% de las viviendas han quedado reducidas a escombros.

"La ayuda a la región del delta está llegando a cuentagotas, no existen los recursos ni las infraestructuras para llevarla hasta allí", ha explicado a Efe un empleado birmano de una de las pocas organizaciones humanitarias internacionales autorizadas por el régimen para trabajar en el país. La Junta Militar impuso en 2006 restricciones al desplazamiento de los trabajadores de las agencias de ayuda de la representación de Naciones Unidas.

La ayuda internacional empieza a llegar a Myanmar.
La ayuda internacional empieza a llegar a Myanmar.AFP
Tuvieron que huir precipitadamente del país a causa del ciclón NargisVídeo: ATLAS

Médicos sin Fronteras comienza a distribuir la ayuda en Myanmar, pero no es suficiente

La organización Médico sin Fronteras (MSF), en Myanmar desde 1992, ha informado hoy de que una primera evaluación en las zonas al sur de Rangún, donde habitan unas 300.000 personas, revela que el 80% de los edificios están destrozados y que algunas partes de la región aún permanecen inundadas bajo un metro de agua tras el paso del ciclón Nargis.

MSF, con 38 trabajadores internacionales y 1.200 locales que trabajan en varios proyectos en siete zonas del país asiático, ha dicho hoy en un comunicado que ya han comenzado a suministrar alimentos, plásticos para erigir refugios ya tratar agua para hacerla potable en esta región de Rangún

"La primera indicación de nuestros equipos es que las personas que viven en las zonas rurales dependen de lo que les queda de sus reservas de comida y están recogiendo bambú para reconstruir sus casas. Sin embargo, en las ciudades la gente es cada vez más dependiente de la asistencia ya que hay escasez de comida y el precio del arroz se ha triplicado", ha dicho MSF en el comunicado.

Souheil Reiche, Coordinador General de Operaciones de MSF Suiza en Rangún afirma que debido a la gravedad de la situación así como las limitaciones en cuanto a recursos humanos como material, la organización no es "capaz de responder a las necesidades de la población de forma adecuada".

"Siguiendo la petición del gobierno de asistencia internacional, es esencial que se tramiten visados de emergencia y que se permita la llegada de los envíos con ayuda. Los equipos de refuerzo de MSF llevan esperando 48 horas para venir a ayudarnos en el Delta", ha afirmado Reiche.

Un avión de carga con 40 toneladas de material de primera necesidad, plástico para refugio, comida terapéutica y materiales de higiene, está preparado para salir de Europa esta misma noche.

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