Kabila destituye al jefe de las fuerzas armadas de Congo
El nuevo militar al mando tendrá que revertir casi tres meses de derrotas frente a los rebeldes y disciplinar una tropa muy desmoralizada
El presidente de Congo, Joseph Kabila, ha destituido al jefe de Estado Mayor del ejército congolés, Dieudonné Kayembe, y lo ha reemplazado por el Didier Etumba, recientemente ascendido a teniente general, después de casi tres meses de derrotas de las tropas gubernamentales frente a los rebeldes tutsis en el este del país, según ha informado hoy la televisión oficial. Las fuerzas armadas de Congo han sido criticadas por abusar de la población civil, a la que, en teoría, tendrían que proteger de los rebeldes.
Ayer mismo, los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) del ex general Laurent Nkunda ocuparon Rwindi, una ciudad más de la provincia de Kiwu Norte, a las puertas de cuya capital llegaron el pasado 29 de octubre antes de declarar un alto el fuego que han violado reiteradamente desde entonces. Los soldados del ejército tuvieron que enfrentarse a las propias milicias progubernamentalos Mai-Mai para poder huir. Éstas les acusaban de "desertar", según informa France Presse. Los corresponsales de la BBC aseguran que el ejército del Congo es muy indisciplinado, está mal pagado y completamente desmoralizado. Un tribunal militar condenó ayer a cuatro soldados a cadena perpetua por violación y saqueo de comercios y viviendas.
La ONU estudia el envío de 3.000 cascos azules más a Congo, donde ya mantiene un despliegue de 17.000. El plan de refuerzo podría ser aprobado esta semana. El general español Vicente Días de Villegas dimitió el pasado 27 de octubre de su cargo al frente de la Misión de Naciones Unidas en el Congo (MONUC) alegando que la misión "no tiene los medios para realizar la tarea de enfrentarse a un claro deterioro de la situación en el este de la República Democrática del Congo". La MONUC es la misión de la ONU con mayor personal desplazado en este momento.
La reanudación de los combates en la zona ha provocado 250.000 desplazados y los cálculos apuntan a cinco millones de muertos en Congo desde la reanudación de la violencia en 1998. La situación humanitaria es grave, según denuncian los cooperantes occidentales, ya que sólo en Kiwu Norte ya había un millón de desplazados por los combates anteriores.
