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El futuro político de José Sócrates se complica

La renuncia del ministro de Economía afecta a la imagen del Gobierno portugués

Al primer ministro portugués, José Sócrates (socialista), le crecen los enanos desde la aparatosa derrota sufrida por su partido en las elecciones europeas del pasado 7 de junio. En tres semanas, el líder arrogante, seguro de sí mismo y confiado en mantener la mayoría absoluta ha dado paso a un político debilitado, errático y acosado desde múltiples frentes. Mal asunto a tres meses de las elecciones legislativas del 27 de septiembre, en las que está en juego el próximo Gobierno. Cada día que pasa, el escenario político portugués es más confuso y el futuro más incierto. Revalidar la mayoría absoluta de que goza el Partido Socialista (PS) parece hoy tarea imposible. Pero no sólo eso. La candidata de la oposición, Manuele Ferreira Leite, del conservador Partido Social Demócrata (PSD), empieza a ser una amenaza seria para Sócrates. Pese a la falta de carisma de esta política veterana, los errores del PS están dando nuevos bríos a sus rivales.

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El incidente del jueves, que le costó el puesto al ministro de Economía, Manuel Pinho, echa más leña al fuego que amenaza al primer ministro.

Un gesto que, probablemente, tenía menos mala baba de la que muchos han querido ver, se ha convertido en una nueva arma arrojadiza contra el primer ministro. Pinho se excedió cuando colocó sus dedos índice en la cabeza, mirando con cara de pocos amigos al diputado comunista Bernardino Soares. Sin decirlo, le estaba llamando cornudo. Tal vez en otra coyuntura el incidente habría tenido menos trascendencia. Pero el ambiente político está muy enrarecido en Portugal y la Legislatura está a punto de agotarse. Ante la condena unánime del Parlamento, Sócrates actuó con celeridad y sacrificó al ministro.

En un principio, Manuel Pinho no tenía intención de dimitir. Así lo declaró a los periodistas en los pasillos de la Asamblea de la República. No tardó en cambiar de actitud después de reunirse con varios ministros, con el titular de la cartera de Asuntos Parlamentarios, Augusto Santos Silva, al frente. La suerte estaba echada. El primer ministro no estaba dispuesto a mantener a Pinho en el Ejecutivo. Y el afectado presentó la dimisión.

Por la noche, el ya ex ministro de Economía concedió una entrevista a un canal de televisión y dijo estar arrepentido. Acto seguido declaró sentirse "muy ofendido, herido y enojado" por las palabras del diputado Soares. "Fue un ataque a mi honor", añadió. El incidente, que degeneró en un escándalo mayúsculo en la Asamblea de la República, se produjo en pleno debate del Estado de la Nación, el último antes las vacaciones. La oposición aprovechó la ocasión para hacer un balance muy negativo de la gestión del Gobierno de Sócrates. Los ánimos estaban bastante encendidos cuando se discutía sobre la conflictiva situación social en las minas de Aljustrel. El diputado Soares se entrometió en una discusión para acusar al ministro Pinho de promiscuidad política por haber viajado supuestamente a Aljustrel para entregar un cheque a un equipo de fútbol local en nombre de EDP, empresa eléctrica portuguesa. Mientras hablaba Soares, Pinho hacía el gesto de cornudo ante la sorpresa de unos, la hilaridad de otros y el enojo de la mayoría.

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El ministro, de 54 años, había entrado en el Gobierno de José Sócrates como independiente, después de dimitir como administrador del Banco Espírito Santo. Pasada la tormenta, Pinho pedía anoche mirar hacia delante y concentrarse en las elecciones que están a la vuelta de la esquina. Probablemente, el jefe de Gobierno no opina lo mismo: "Fue un golpe fatal para el ministro de Economía. Me gustaría que esto no hubiera ocurrido, es un episodio que afecta a la imagen del Gobierno en su relación con el Parlamento", dijo Sócrates.

El primer ministro tiene poco tiempo para recomponer el estropicio. Vienen las elecciones y el país entrará muy pronto en campaña electoral, que se alargará hasta el 11 de octubre, fecha de los comicios municipales. La crisis económica no ayuda. Consciente de ello, Sócrates ha decidido entregar la cartera de Economía al titular de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, que se convierte en el superministro del área económica para los próximos tres meses.

El ex ministro de Economía portugués Manuel Pinho haciendo el signo de los cuernos en el Parlamento
El ex ministro de Economía portugués Manuel Pinho haciendo el signo de los cuernos en el ParlamentoREUTERS

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