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Luna de miel para México y España

Laiglesia: "Vivimos un momento muy dulce de nuestra relación" - Aranda: "Los españoles nos han abierto con valentía la puerta a Europa"

La invitación es a que debatan, se enfrenten, se peleen si es preciso. Pero no hay manera. No sólo porque Lourdes Aranda, subsecretaria mexicana de Relaciones Exteriores, y Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado español para Iberoamérica, tengan buen rollo entre sí, sino porque -como se apresura a subrayar De Laiglesia- las relaciones entre México y España van como la seda: "Desde el punto de vista histórico, vivimos un momento muy dulce de nuestra relación". La cita es en el Distrito Federal, en el despacho de la subsecretaria Aranda, desde donde se disfruta una vista magnífica de la ciudad. Como excusa, la recientemente celebrada Comisión Binacional España-México.

Hay un momento de la conversación en que Lourdes Aranda explica de forma muy gráfica hasta qué punto el mexicano tiene presente a España en su cotidianidad: "El mexicano, durante el día, se cruza varias veces con España. Baja al puesto de periódico y ahí está EL PAÍS. Tal vez en el bolsillo lleve un teléfono Movistar y seguro que pasa por la puerta de alguna sucursal del Banco Santander. También se cruza con España a la hora de ir al supermercado o de circular por una carretera construida seguramente por una empresa española... La presencia de España para los mexicanos es ya equiparable a la que tenía aquí EE UU hace unos años. Y, claro, eventualmente me gustaría que la presencia de México en España tuviera un grado de similitud. Me gustaría que nuestras empresas, nuestros artistas, pudieran tener allá un mayor protagonismo. Pero creo que no hay nada que nos lo dificulte. Simplemente, va a tomar un poco más de tiempo, pero nada más".

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Juan Pablo de Laiglesia recuerda que España siempre encontró la mano tendida de México cuando la necesitó. Y Lourdes Aranda escoge dos palabras -solidaridad y complicidad- para enmarcar esa relación histórica. De Laiglesia, que fue embajador en México a mediados de los 90, explica la diferencia entre aquella época y la actual: "Yo estuve aquí aquellos años, que fueron años muy difíciles para México. Las relaciones eran excelentes entre las Administraciones, entre los partidos políticos, en el ámbito de la cultura, en el académico... pero faltaba un ingrediente muy importante que ahora sí está; todo el tejido económico y todo lo que eso arrastra de intercambio de ciudadanos, de solidificación de la red de intereses...; un contacto mucho mas estrecho entre las sociedades. En aquella época, las Administraciones nos conocíamos muy bien, pero los países se conocían peor. Ahora los países se conocen mucho más. México está mucho más presente en España, en la vida de todos los días, en las noticias de los diarios. Lo que pasa en México se sabe e interesa en España y lo que pasa en España se sabe en México. El mutuo conocimiento ha trascendido de los Gobiernos a la sociedad. Yo creo que ese ha sido el cambio más importante que se ha producido en estos años".

La puerta a Europa

El periodista trata de meter cizaña. Le pregunta a Lourdes Aranda si México no ha sentido a veces que España se obnubilaba con Europa y dejaba desatendida su relación con Latinoamérica... "Al contrario", zanja la subsecretaria de Relaciones Exteriores, "España ha jugado un papel de abrirnos las puertas hacia Europa muy valiente, de presentarnos ante los europeos: aquí están nuestros amigos mexicanos, queremos que trabajen juntos... Siempre nos han apoyado completamente en las iniciativas con la Unión Europea. Yo creo que los mexicanos vemos con mucho orgullo y admiración cómo España ha logrado superar y convertirse en una potencia económica de tal magnitud, y si lo pregunta en la calle, yo creo que esa sería la respuesta. Yo creo que España no ha perdido esa identidad latina".

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Tal vez el único tema espinoso sea el trato que algunos mexicanos reciben a su llegada a España por parte de la policía. El secretario de Estado para Iberoamérica reconoce que es un asunto "muy sensible", aunque puntual: "Es un tema en que estamos trabajando de forma activa y queremos superar. Pero es un tema que se percibe de distinta forma a uno y otro lado. Sólo el 0,3% de los ciudadanos mexicanos que llegan a España son rechazados en la frontera, que es el porcentaje más bajo de todos los países latinoamericanos. Pero, claro, un ciudadano rechazado es un ciudadano rechazado que naturalmente ejerce su derecho a la crítica y a la protesta". La subsecretaria de Exteriores mexicana tampoco quiere hacer sangre con el asunto: "Tenemos iniciativas muy interesantes sobre la mesa para superar el problema. Sí tendríamos que tener -y esto es responsabilidad de los dos Gobiernos- más agilidad para sacar adelante esos proyectos. A veces la cadena burocrática no nos permite procesarlos a la velocidad que quisiéramos. Pero lo importante es que tenemos la voluntad clara de solucionar los problemas".

Lourdes Aranda, subsecretaria mexicana de Relaciones Exteriores (derecha), y Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado español para Iberoamérica.
Lourdes Aranda, subsecretaria mexicana de Relaciones Exteriores (derecha), y Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado español para Iberoamérica.CÉSAR DURIONE

La espina de Honduras

Juan Pablo de Laiglesia no se anda con tapujos a la hora de describir la desazón que en España, en México, en toda la comunidad internacional provoca el callejón sin salida en que se ha convertido el conflicto de Honduras. "Lo de Honduras", señala, "ha sido una vuelta al pasado, un descorrer un reloj que creíamos ya cerrado para siempre. La Organización de Estados Americanos se juega, como nos jugamos todos, la credibilidad en su capacidad de hacer respetar los principios de la institucionalidad democrática. Pero no sólo la OEA, esto es algo que nos jugamos todos: el que se respete la institucionalidad, el que la familia latinoamericana siga manteniendo sus señas de identidad en los valores que compartimos y que comparte además con el mundo europeo, con España y con la Unión Europea". El secretario de Estado para Iberoamérica también expresa de forma muy clara el apoyo del Gobierno de Rodríguez Zapatero al esfuerzo mexicano por combatir el narcotráfico. "La lucha del presidente Calderón contra el crimen organizado es una lucha valiente, difícil, es una lucha en la que cuenta con todo el respaldo que España le pueda proporcionar. De hecho, estamos trabajando directamente en el ámbito de la formación, del apoyo a las investigaciones, y del acompañamiento que las políticas mexicanas puedan requerir de nuestras capacidades y nuestros medios. Es un punto que ha pasado a ocupar un lugar muy importante en nuestra agenda bilateral. Al tiempo, somos los dos países conscientes de que ésta no es una pelea que se pueda ganar en un sólo país, que un éxito aquí supone un desplazamiento allá y que todo esto supone que el riesgo permanece. No hay desarrollo sin seguridad, y el narcotráfico afecta a la seguridad jurídica y a la seguridad de las empresas, a los negocios, a los derechos fundamentales de las personas... Es algo que tenemos que enfrentar allí donde se produce, pero además necesitamos el respaldo más amplio de toda la comunidad internacional".

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