_
_
_
_
_

Karzai negocia la paz con insurgentes afganos enfrentados a los talibanes

Los seguidores del 'señor de la guerra' Hekmatyar exigen nuevas elecciones

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, se ha reunido con representantes de un grupo insurgente vinculado a los talibanes, según anunció este lunes su oficina. Sus interlocutores, del grupo Hizb-i Islami de Gulbuddin Hekmatyar, acudieron a Kabul con un plan de paz que exige la retirada de las tropas extranjeras y nuevas elecciones antes de que acabe el año. Para algunos afganos, el encuentro es un paso hacia la reconciliación nacional. Para otros, una concesión a los radicales islamistas.

El portavoz presidencial, Wahid Omar, ha confirmado la reunión con los hombres de Hekmatyar, aunque ha evitado pronunciarse sobre el contenido de los 15 puntos de su plan de paz, que el grupo reveló a las agencias de noticias. "El presidente tiene que estudiarlo", se ha disculpado. El mero hecho de que las conversaciones se hayan producido y hayan sido reconocidas por ambos lados indica la existencia de fisuras en la insurgencia. Aunque ésta suele identificarse con los talibanes, los analistas separan tres grupos principales: los talibanes propiamente dichos, los milicianos de Hizb-i Islami y los seguidores de Yalaluddin Haqqani, próximo a Al Qaeda. Todos coinciden en oponerse a la presencia de soldados occidentales, pero chocan en la estrategia.

Más información
La comisión electoral iraquí niega el nuevo recuento exigido por Al Maliki
Los insurgentes alteran el inicio de la asamblea para pacificar Afganistán

Hizb-i Islami, cuyas fuerzas se concentran en el este del país, libró una batalla contra los talibanes a principios de este mes en la provincia de Baghlan, al norte de Kabul. Según fuentes oficiales, los combates, en los que se utilizaron lanzagranadas y artillería pesada, animaron a muchos de sus hombres a unirse a las fuerzas gubernamentales. Hekmatyar anunció el 22 de enero su disposición a dialogar, pero entonces ponía como condición previa la retirada de las tropas extranjeras. Ahora parece contentarse con un calendario preciso.

El cambio de tornas supone una oportunidad para Karzai. El presidente afgano, que lleva tiempo tratando de cooptar a los insurgentes, ha intensificado esos esfuerzos tras su polémica reelección el año pasado y el anuncio de que EE UU empezará a retirar sus tropas a partir de 2011. Entre los gestos de Karzai, destaca el nombramiento, en enero, de un antiguo miembro de Hizb-i Islami como ministro de Economía. Sin embargo, ha obtenido escasos resultados hasta ahora.

Washington espera que las gestiones de Karzai contribuyan, junto a su incremento provisional de tropas, a que los insurgentes desistan de la lucha armada antes de su retirada. Sin duda, un acuerdo con Hizb-i Islami ayudaría a liberar fuerzas de la OTAN desplegadas en su área de operaciones. No obstante, muchos afganos ven con recelo esas maniobras. Hekmatyar, un veterano de la guerra contra los soviéticos que luego lideró una de las facciones de la contienda civil y fue brevemente primer ministro, ha hecho y deshecho alianzas para su supervivencia durante las últimas tres décadas. Su milicia fue la responsable de la gran destrucción de Kabul durante la guerra civil. El señor de la guerra se alió con los talibanes tras su derrota en 2001. La CIA considera que su organización es un grupo terrorista.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_