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Las fuerzas afganas asumirán la seguridad del país a finales de 2014

El Gobierno afgano controlará el 50% de los fondos de ayuda.- Karzai quiere reintegrar a unos 36.000 insurgentes

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,  y los representantes de los distintos 70 países que han participado en la Conferencia Internacional sobre Afganistán, en la foto de familia.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los representantes de los distintos 70 países que han participado en la Conferencia Internacional sobre Afganistán, en la foto de familia.GETTY

La Comunidad Internacional y el Gobierno de Hamid Karzai se han reunido en Kabul para enviar un mensaje al mundo: que tienen un plan y que este será ejecutado por los afganos. El año 2014 es la nueva fecha ahora -sustituye a 2011- para comenzar a hablar de la retirada de las tropas de la OTAN, aunque Karzai lo ha dicho de otra forma: "Nuestras fuerzas de seguridad nacionales serán responsables de las operaciones militares en todo el país en el año 2014". Poco después, los más 70 países que acudieron a la cita en Kabul suscribieron en un comunicado el nuevo objetivo del presidente.

Dos conclusiones más de las conferencia. La primera es que el Gobierno afgano controlará el 50% de los fondos de ayuda que irán a parar al presupuesto nacional. Hasta ahora era un 20% y Karzai pedía un porcentaje aún más alto. Para alguien que ha sido acusado de alterar el resultado de las pasadas elecciones y liderar un gobierno corrupto, no está nada mal.

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La segunda es que Karzai sale fortalecido de una cumbre cuya celebración se vende como un símbolo de que Afganistán puede retomar su soberanía, lejos del padrinaje del resto del mundo y sobre todo de los Estados Unidos.

Kabul, blindado

Las calles de Kabul amanecieron vacías y con los comercios cerrados. Había controles de policía cada 100 metros y no se dejaba pasar a nadie que no llevara la acreditación para moverse por la zona. Karzai lo consiguió. A pesar de que el avión en el que viajaba el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, tuvo que ser desviado la noche antes a una base militar americana por un ataque con misiles contra el aeropuerto de la capital, no hubo más incidencias y el Gobierno demostró que podía organizar una cumbre de estas características sin grandes problemas de seguridad. Aún a costa de los afganos, que no pudieron salir de sus casas.

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En general, los miembros de las delegaciones que asistieron a la conferencia, señalaron que había sido un éxito. Fuera de los micrófonos, la mayoría consideró que las ambiciones de Karzai para 2014 son todavía demasiado prematuras con la que está cayendo en Afganistán, donde los atentados se suceden en las provincias controladas por los talibanes.

En lo que sí parece estar todo el mundo de acuerdo es en que el dinero invertido tendrá que ir no sólo a la formación del Ejército y la Policía afganas, sino en proyectos concretos de cooperación destinados a sacar de la pobreza al pueblo afgano. Uno de los que más incidió en ese tema fue el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que ha subrayado la necesidad de respetar las costumbres y las tradiciones de los afganos si se quiere tener más éxito que la insurgencia. Algo que hasta ahora no se ha hecho, según ha precisado.

Reintegración insurgentes

Otro de los planes del presidente Karzai, que ha salido a relucir en la conferencia, es reintegrar a unos 36.000 insurgentes en la sociedad afgana. Ese programa de reinserción saldrá por unos 600 millones de euros, se llevará a cabo en 22 de las 34 provincias del país y consiste en negociar el abandono de la violencia a cambio de la libertad y de ayudas financieras.

Pese a apoyar a Karzai, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, le ha recordado los peligros de hacer tratos con los talibanes. Pero ese ha sido el tono de las declaraciones. Los representantes han tratado de lavar la cara con sus palabras mientras tendían una mano al presidente afgano y le apoyaban punto por punto en su plan de futuro. Por ejemplo, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, no ha puesto peros a la fecha de 2014 anunciada por Karzai para empezar a tomar el control total del país. Pero al mismo tiempo ha dicho: "Estaremos hasta que terminemos nuestro trabajo. Nuestra misión finalizará cuando los afganos sean capaces de mantener la seguridad y la paz por ellos mismos".

Pero esas contradicciones son posibles en una cumbre internacional. Durante más de cinco horas, los representantes han lanzado discursos sacados del mismo molde, y han desfilado ante la prensa para decir lo mismo con otras palabras. Las frases ya se habían escuchado otras veces. Lo único que queda claro es que para la Comunidad Internacional Karzai es el único que puede sacar a Afganistán del pozo en el que se encuentra desde hace nueve años y que 2014 queda todavía muy lejos.

Lee el borrador del comunicado completo de la Conferencia Internacional de Kabul en inglés en The New York Times.

El presidente afgano, Hamid Karzai, y la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, en un bazar en Kabul.
El presidente afgano, Hamid Karzai, y la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, en un bazar en Kabul.AFP

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