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Obama: "McChrystal es un hombre excelente, un soldado excepcional"

El presidente de EE UU habla en una entrevista con 'Rolling Stone' de la destitución de su jefe militar en la guerra de Afganistán o del auge del Tea Party

El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha confesado con la revista Rolling Stone en la tercera entrevista que concede a la publicación musical estadounidense desde el inicio de su mandato. En su diálogo, mantenido en el Despacho Oval con el cofundador de la revista, Jann S. Wenner, y que reproduce la edición española de la revista , el mandatario estadounidense se refiere a temas que abarcan desde la destitución de Stanley McChrystal o el auge del Tea Party en las primarias del Partido Republicano a sus preferencias musicales.

Al respecto del cese de su jefe militar en la guerra de Afganistán, Stanley McChrystal , el pasado junio, después de que el general emitiera una serie de críticas contra el presidente y su entorno en un artículo publicado en esta misma revista , Obama asegura que le "dolió" tomar aquella decisión pero McChrystal "demostró poca visión. Cuando le encargo a alguien responsabilizarse de la vida de 100.000 hombres y mujeres en una situación de alto riesgo, espero que actúe conforme a los estándares más altos, y él no los cumplió".

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No obstante, se refiere a él como "un hombre excelente, un soldado excepcional, y que ha servido al país debidamente". "No creo que sus comentarios fueran malintencionados. Creo que algunos de los comentarios provenían de su equipo y, en ese sentido, le hicieron un flaco favor", añade.

Sobre el movimiento ultraderechista que hace dos semanas dominó las primarias republicanas en EE UU el presidente afirma que "el Tea Party es una amalgama, una mezcla de diferentes tensiones de la política americana que han estado ahí durante mucho tiempo". Además, considera que "aún se está definiendo" y que su infraestructura y financiación "vienen de unos lobbys muy tradicionales, poderosos y de gran influencia".

"Hay algunos libertarios convencidos y sinceros en el Tea Party, que generalmente no creen en el intervencionismo social y de mercado. Y hay algunos socialconservadores que me rechazan a mí de la misma manera que rechazaron a Bill Clinton, de la misma manera que rechazarían a cualquier presidente demócrata por ser demasiado liberal o progresista", añade.

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Obama cree, asimismo, que "es muy importante que los demócratas se sientan orgullosos de lo conseguido" y las medidas adoptadas por la Casa Blanca durante su mandato. "Llevo una lista en el bolsillo de las promesas que hice durante la campaña, y aquí estoy, a la mitad de mi primer mandato, y probablemente hemos logrado un 70% de las cosas que prometí que íbamos a hacer; y por cierto, me quedan dos años para terminar la lista, como mínimo". Entre los asuntos pendientes, destaca el cierre de Guantánamo. "Me gustaría haber resuelto eso ya, pero no he podido por la actitud recalcitrante del otro bando. Es un tema sobre el que es fácil hacer demagogia. Pero lo que sí he podido hacer es prohibir la tortura".

Sobre a la crisis económica, Obama afirma ser conciente de la "ira, frustración y preocupación" que entre la población genera " la peor crisis financiera que hemos experimentado desde la Gran Depresión, peor que la de Ronald Reagan en los ochenta, la de 1990-91 y la de 2001 juntas".

En cuanto a sus gustos musicales, el presidente asegura llevar en su iPod, al que define como "una fuente de placer", "aproximadamente 2.000 canciones". "Escucho mucho de Stevie Wonder, mucho de Bob Dylan, mucho de Rolling Stones, mucho de R&B, mucho de Miles Davis y John Coltrane. Pero también mucha música clásica. No soy un gran aficionado de la ópera, pero hay días en que Maria Callas es exactamente lo que necesito", confiesa. Además, afirma que su gusto por el rap "se ha desarrollado bastante". "Antes Jay-Z solía predominar, pero ahora tengo un poco de Nas y un poco de Lil Wayne y alguna otra cosa, pero desde luego no pretendo ser un experto. Malia y Sasha [sus hijas] empiezan a tener la edad en la que me ponen al día de las cosas".

El mandatario también se ha referido a su encuentro con el artista Bob Dylan, quien después de tocar en la Casa Blanca prefirió no hacerse una foto con él. "Tocó The times they are a-changin, una interpretación preciosa, pero no quiso hacerse una foto conmigo. Simplemente, acabó su actuación, bajó del escenario, me dio la mano y se fue. Me gustó, porque eso es precisamente lo que se espera de él".

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