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Al Qaeda ataca un hotel de Burkina Faso y mata a 23 personas

126 rehenes, 33 de ellos heridos, han sido liberados esta mañana

Un herido es atendido por policías franceses en las inmediaciones del Hotel Splendid.Vídeo: NABILA EL HADAD
José Naranjo

Al menos cuatro individuos armados han llevado a cabo un ataque terrorista en Uagadugú, la capital de Burkina Faso, matando a 27 personas, entre los que se encuentran los cuatro asaltantes abatidos por las fuerzas de seguridad. Los terroristas atacaron este viernes por la noche primero una cafetería y luego un céntrico hotel, en el que mantuvieron retenidos a un grupo personas, de las que unas 150 fueron liberadas. El ataque ha sido reivindicado por el grupo Al Murabitún, ligado a Al Qaeda, el mismo que protagonizó el ataque al hotel Radison Blu de Bamako, en la vecina Malí, el pasado 20 de noviembre.

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Los hechos se desencadenaron sobre las 19.45 horas del viernes con la explosión de un vehículo que estaba situado frente al hotel Splendid, un establecimiento de cuatro estrellas muy frecuentado por occidentales, entre ellos personal de la ONU y soldados franceses de la operación Barkhane contra el yihadismo en el Sahel. En el mismo instante de la explosión, al menos cuatro terroristas comenzaban a disparar contra los clientes de la cafetería Cappuccino, situado también frente al hotel, causando las primeras víctimas. Posteriormente, penetraban en el hotel llevando consigo algunos rehenes.

Una vez que la zona fue acordonada, efectivos del Ejército burkinés apoyados por fuerzas especiales francesas procedieron, pasada la una y media de la madrugada, al asalto del hotel, consiguiendo liberar a unos 150 rehenes, de los que 33 han necesitado distinta atención médica. En dicha operación fueron abatidos tres terroristas, dos de ellos mujeres según dijo el ministro de Seguridad burkinés, Simon Compaoré, extremo que negó posteriormente el embajador francés en Burkina Faso. Un cuarto atacante fue interceptado y también resultó muerto horas después en el cercano hotel Yibi, en donde se había refugiado. Las autoridades burkinesas confirmaron posteriormente la muerte de 23 víctimas de numerosas nacionalidades.

El ataque terrorista de Uagadugú presenta grandes similitudes con el que tuvo lugar el pasado 20 de noviembre en Bamako, la capital del vecino Malí, donde dos asaltantes penetraron en el hotel de lujo Radison Blu y mataron a 27 personas, siendo posteriormente abatidos. Ambos ataques tuvieron como objetivo un hotel de lujo frecuentado por occidentales, se llevaron a cabo con un modus operandi similar y ambos han sido reivindicados por el mismo grupo terrorista, Al Murabitún, también llamado Al Qaeda de la Yihad en África del Oeste y supuestamente liderado por el terrorista argelino Mojtar Belmojtar, uno de los hombres más buscados por las fuerzas de seguridad en esta región africana.

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Sin embargo, esta acción terrorista no ha sido la única que ha sufrido Burkina Faso en las últimas horas. El viernes al mediodía, unos veinte terroristas fuertemente armados atacaron a un grupo de gendarmes en la localidad de Tin Abao, a unos 40 kilómetros de Gorom Gorom, cerca de la frontera de Malí. Dos personas resultaron muertas, un gendarme y un civil, y otras dos heridas. Asimismo, también el viernes por la noche e igualmente no lejos de la frontera maliense un médico austriaco y su esposa eran secuestrados en Djibo.

Hasta hace solo unos meses, Burkina Faso había logrado permanecer a salvo de la actividad terrorista que se extiende por la región. El expresidente Blaise Compaoré mantenía discretos vínculos con grupos rebeldes o yihadistas y personas muy próximas a él, como Mustafá Chafi, solían ser los mediadores en secuestros a occidentales, como ocurrió con los tres catalanes secuestrados en 2009 o con los dos cooperantes españoles raptados en Tinduf en 2011. Sin embargo, el derrocamiento de Compaoré en noviembre de 2014 parece haber levantado la veda de la actividad terrorista en este país africano, que se ha materializado a lo largo de 2015 en numerosos ataques a fuerzas de seguridad cerca de la frontera con Malí y en el secuestro, el pasado 4 de abril, de un ciudadano rumano, oficial de seguridad en una mina de manganeso, en la localidad de Tambao. Este rapto también fue reivindicado por el grupo Al Murabitún.

Los principales dirigentes africanos han alertado en numerosas ocasiones de la expansión del yihadismo radical por el continente, teniendo como principales focos el Sahel, el norte de Nigeria, Somalia y el sur de Libia. La intensa actividad de grupos terroristas como Al Murabitún, Boko Haram o Al Shabab es su cara más visible, pero en muchas ciudades como Bamako, Nuakchot o Niamey se puede constatar la expansión de una interpretación radical del islam ajena a la religiosidad tradicional africana. Estas nuevas corrientes, identificadas con el wahabismo, suponen una seria amenaza para la seguridad que ha llegado incluso hasta Senegal, donde en los últimos meses han sido detenidos unos 30 predicadores por “exaltación de la violencia”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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