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IGLESIA

Se suicida un sacerdote estadounidense acusado de pedofilia

La muerte coincide con una avalancha de denuncias contra la Iglesia Católica

Don A. Rooney, un sacerdote católico de 48 años, se pegó un tiro dentro de su automóvil tres días después de ser acusado de haber abusado sexualmente de una niña hace 20 años, según informaron ayer las autoridades de Ohio (EE UU). El sacerdote dejó una nota a un familiar suyo.

El suicidio tuvo lugar en el aparcamiento de una farmacia en los suburbios de Hinckley, cerca de Cleveland, y el sacerdote dejó una nota en la que únicamente notificaba el hecho a un miembro de su familia, según indicaron las autoridades de Ohio.

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El padre Rooney había sido convocado para el pasado miércoles a una audiencia con los responsables del Obispado de Cleveland para responder a las acusaciones de que habría agredido a una joven en 1980, cuando la misma era menor, declaró un responsable del Obispado a la prensa. No obstante, el sacerdote, que actuaba en la parroquia San Antonio de Parma, en los suburbios de Cleveland, no se presentó a la cita.

La noticia ha sido recibida con gran sorpresa en la parroquia de San Antonio de Padua, donde algunos feligreses han señalado que no se pueden creer que el sacerdote se hubiera quitado la vida dado que, dijeron, "era un hombre de fe".

Las acusaciones contra Rooney se dieron a conocer el pasado lunes, cuando una mujer llamó a la diócesis de Cleveland para denunciar que había sufrido abusos por parte del sacerdote en 1980, cuando ella era una niña.

El pasado miércoles, Rooney se reunió con las autoridades eclesiásticas para discutir lo sucedido, y desde entonces estaba desaparecido. El suicidio, según las autoridades, tuvo lugar el jueves.

"Pedimos a Dios que se apiade del padre Rooney y de todos nosotros", declaró el Obispado en un comunicado.

Denuncias contra la Iglesia estadounidense

La muerte del sacerdote ocurre cuando la Iglesia Católica estadounidense enfrenta una avalancha de denuncias sobre actividades de sacerdotes pedófilos. Varias decenas de sacerdotes fueron suspendidos de sus funciones o cesados a partir de enero en al menos 17 diócesis estadounidenses.

El obispo de Cleveland encargó la semana pasada a una comisión que evaluara las medidas tomadas frente a estos episodios para responder a una serie de artículos críticos aparecidos en el diario 'Cleveland Plain Dealer'.

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