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Un solo astronauta pilotará la primera nave espacial tripulada de la historia de China

En un paso más en el secretismo que rodea la misión, prohíben a la prensa acceder al lugar del lanzamiento

La primera nave tripulada de la historia de China, la Shenzhou V, será pilotada por un solo astronauta, que será elegido entre tres candidatos, según ha informado hoy la agencia oficial Xinhua. Pese a la expectación que el lanzamiento ha despertado en la base de Jiuquan, en el que se han concentrado turistas, curiosos y reporteros, el Gobierno de Pekín mantiene el carácter altamente secreto del acontecimiento, dado que el programa espacial lo desarrolla el Ejército Popular de Liberación. En un paso más en el hermetismo que rodea la misión, las autoridades han prohibido a los periodistas el acceso al lugar del lanzamiento.

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"El número uno entre los tres pilotos seleccionados será el que protagonizará el primer vuelo espacial", asegura Xinhua, que cita fuentes "bien informadas". Los tres candidatos, de unos 30 años de edad y 1,65 metros de altura, han llegado hoy a la base de lanzamiento de Jiuquan, que se encuentra en el mismo corazón del Desierto del Gobi (noroeste de China). Según estas fuentes, los pilotos elegidos fueron adiestrados en la academia de la Ciudad de las Estrellas, que se encuentra a escasos kilómetros de Moscú, y cuentan en su haber con más de 1.000 horas de vuelo.

Al parecer, la decisión final sobre quién será el primer astronauta chino de la historia se tomará unas pocas horas antes del lanzamiento de la Shenzhou V. Aunque la nave, que ha sido diseñada a imagen y semejanza de la Soyuz rusa, tiene cabida para tres astronautas, los ingenieros del programa espacial chino se han inclinado por un solo piloto para minimizar riesgos.

Entre el miércoles y el viernes

Aunque expertos chinos y extranjeros han restado valor científico al lanzamiento de la Shenzhou V, la nave transportará 2,2 toneladas de semillas. El hermetismo sobre el programa espacial chino llega hasta tal punto que se desconoce el día exacto en que se producirá el lanzamiento. En este sentido, un funcionario adscrito al programa espacial chino confirmó el pasado viernes que tendrá lugar entre el miércoles y el viernes de esta semana, "cuando las condiciones meteorológicas lo permitan".

En todo caso, la base de Jiuquan está cerrada a cal y canto, ya que se ha prohibido el acceso de los periodistas al lugar mientras los hoteles de la ciudad están completamente llenos. De acuerdo con informaciones aparecidas en el diario South China Morning Post, un cordón policial roeda las inmediaciones de la base y sólo se permite el acceso a las personas que poseen pases especiales o invitaciones gubernamentales. La nave, que permanecerá en órbita por espacio de menos de 24 horas, girará alrededor de la tierra 14 veces y tomará tierra en las mesetas de Mongolia Interior. En caso de que la misión sea un éxito, China se uniría al selecto club formado por Rusia y Estados Unidos, las únicas potencias que han sido capaces de enviar un hombre al espacio.

China lanzará su primera nave tripulada al espacio exterior tras sólo cuatro vuelos de prueba, mientras Rusia y Estados Unidos lo hicieron tras más de diez. El programa espacial secreto chino, conocido como Proyecto 912, es gestionado por el Ejército de Liberación Popular (ELP) y dirigido por el ex presidente chino Jiang Zemin, actual jefe de la Comisión Militar Central (CMC, máximo órgano castrense).

Los responsables del programa espacial han destacado hoy que el lanzamiento impulsará la carrera espacial mundial, dado que tanto EE UU como Rusia han reducido considerablemente el presupuesto de sus respectivos programas. China proyecta proseguir su programa con el lanzamiento de un telescopio espacial similar al Hubble en 2005, el envío de una nave a la Luna en 2006 y el establecimiento de una estación espacial permanente en 2010.

Un soldado chino vigila las instalaciones de la base de lanzamiento de Jiuquan, en el Desierto del Gobi.
Un soldado chino vigila las instalaciones de la base de lanzamiento de Jiuquan, en el Desierto del Gobi.REUTERS

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