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El canon digital gravará los móviles, pero bajará en los CD y DVD

La rebaja compensa el recargo de entre 1 y 1,5 euros que se aplicará a los teléfonos con MP3

El Gobierno bajará el canon que actualmente pagan los CD y DVD vírgenes. Una reducción importante, pero que no llegaría a la mitad de su cuantía: actualmente, los discos compactos pagan 0,21 euros y los discos versátiles 0,60 euros de canon. La industria tecnológica y las sociedades de gestión ya conocen la propuesta de lista de productos digitales, y los importes que pagarán cada uno de ellos, en concepto de remuneración compensatoria por copia privada a los autores, el llamado canon digital, que establece la Ley de Propiedad Intelectual (LPI).

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Según las fuentes consultadas, además de la citada rebaja en los CD y DVD vírgenes, verán reducida su tasa los aparatos multifunción (impresoras, escáneres), aunque en menor medida. Para compensar esta caída de ingresos, por primera vez se gravarán los móviles que permiten la reproducción de archivos musicales mp3. Industria ha cedido a los planteamientos del Ministerio de Cultura y ha aceptado un gravamen de entre 1 y 1,5 euros por móvil, según fuentes conocedoras de la negociación.

Actualmente, se estima que hay un parque de más de siete millones de terminales con esta función. Pero los ingresos de las sociedades de gestión, que redistribuyen lo recaudado entre los autores, será mucho más jugoso puesto que alrededor del 70% de los nuevos móviles que se venden llevan incorporada esa función. Si se toman como referencia las ventas del año pasado, que ascendieron a 24 millones de terminales, los ingresos anuales superarían los 17 millones de euros, convirtiéndose en la segunda fuente de facturación, tras los CD.

También se gravarán los equipos con unidad grabadora interna o externa, según las mismas fuentes. En cualquier caso, el gravamen se aplicaría sobre el precio de la unidad de grabación y no sobre el precio total del ordenador. En cuanto a los discos duros de ordenador, también capaces de almacenar archivos, la ley los excluye expresamente del pago del canon.

Tres de las ocho entidades de gestión, AISGE, EGEDA y DAMA, han manifestado su rechazo a la propuesta porque supone "un importante perjuicio económico para sus representados". La SGAE prefiere "no polemizar sobre un asunto que aún no es oficial. Esperamos que este tema se resuelva con la mayor celeridad posible", dice su director de relaciones institucionales, Pedro Farré.

Uno de los problemas aún por resolver, y especialmente peliagudo en el caso de los móviles, es el tema de la retroactividad. Los nuevos gravámenes se aplicarán, con carácter retroactivo, desde el pasado 29 de julio de 2006, fecha de entrada en vigor de la LPI. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuántos aparatos mp3 (el más popular es el iPod) o cuántos móviles de tercera generación había en esa fecha.

Otro problema es el de la doble tributación, también especialmente grave en el caso del móvil. Y es que, a diferencia de lo que ocurre con las descargas de Internet, la cultura del móvil es de pago y la práctica totalidad de las descargas son religiosamente abonadas por los usuarios.

El asunto no es sólo de cifras sino también político. En el tira y afloja entre los ministerios de Cultura e Industria parece que va venciendo el primero, tras la llegada al mismo de César Antonio Molina. La industria de las telecomunicaciones no oculta un cierto malestar con la postura del titular de Industria, Joan Clos, y sus últimos desplantes a los actos organizados por el sector, así como por la tibieza de las declaraciones del secretario de Estado, Francisco Ros, sobre este asunto en el que se juegan cientos de millones.

Controvertido derecho de autor

Con seis meses de retraso, los ministerios de Industria y Cultura ultiman la orden que fijará las tarifas del polémico canon digital. La Ley de Propiedad Intelectual (LPI) admite que el consumidor copie una obra protegida por el copyright para su uso privado. También reconoce el derecho del autor a ser remunerado por esa copia. El canon no es un impuesto, no lo cobra la Administración. Es una compensación que cobran los autores por la pérdida de ingresos. Tampoco tiene nada que ver con la piratería, aunque algunos quieran confundir ambos conceptos. El canon, inicialmente limitados a equipos analógicos como grabadoras de casete o fotocopiadoras, se ha ido ampliando primero a los soportes de almacenamiento analógicos (cintas de casete y vídeo) y después a sus versiones digitales (CD y DVD).En julio de 2006, cuando el Congreso aprobó la reforma de la LPI, consagró el canon en el entorno digital. La ley daba cuatro meses a los deudores (fabricantes) y acreedores (sociedad de gestión) del canon para que fijaran qué aparatos pagarían y cuánto. En previsión de la imposibilidad de un acuerdo, como se materializó en diciembre, los legisladores establecieron que los ministerios de Industria y Cultura, mediante una orden conjunta, fijarían el canon en tres meses. Una tarea muy compleja ya que la LPI establece que aquellos aparatos y soportes idóneos para grabar contenidos protegidos por los derechos de autor pueden ser gravados. Y ahí caben desde teléfonos móviles a tarjetas de memoria o reproductores multimedia.

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