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El Congreso de EE UU acepta que la agencia del medicamento controle el tabaco

El Senado tiene que dar el 'sí 'para que salga adelante.- El Gobierno de Bush se opone a esta medida que ha sido aprobada por 326 a 102

El Congreso de EE UU permitirá a la agencia estadounidense del medicamento (FDA) regular sobre el tabaco. El sí de la cámara baja al proyecto de ley necesita una segunda confirmación en el Senado. La Casa Blanca se opone a la medida.

El proyecto de ley ha sido aprobado con 326 votos a favor y 102 en contra. Si pasa la segunda fase, la aprobación en la cámara alta, se convertirá en ley y desde entonces la FDA tendrá competencias para controlar tanto los productos de tabaco como la publicidad. Tambiés será el órgano encargado de aprobar las nuevas marcas de cigarrillos y fijar los parámetros para calificar a los productos como de bajo riesgo. Aunque no tendrán poder para prohibir o exigir niveles "cero" de nicotina.

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"Con esta legislación, situaremos afilados y que son necesarios para el acceso al tabaco y a los anuncios y el marketing de los productos tabaqueros", ha señalado John Dingell, demócrata que preside el Comité de la Cámara de Energía y Comercio.

Los patrocinadores, incluidos los grupos de salud pública y muchos demócratas, han asegurado que la medida puede ayudar a reducir el tabaquismo entre los jóvenes, prevenir enfermedades cardiacas y reducir los crecientes costes de salud. Pero también hay detractores. La Casa Blanca ha señalado que la legislación puede "suponer una gran carga para la FDA" que podría restarle dedicación a otras responsabilidades sobre salud pública. La necesidad de la FDA de supervisar productos "puede percibirse también por el público como una confirmación de que esos productos son seguros, con el resultado de más fumadores", han apuntado las mismas fuentes del Gobierno.

También se han opuesto algunas tabacaleras. Alegan que puede estimular a la consolidación de la industria porque las compañías más grandes tendrán más recursos para cumplir las exigencias de la FDA. El máximo defensor de la medida es el gigante Philip Morris.

Dos mujeres fuman en una cafetería.
Dos mujeres fuman en una cafetería.JOAN SÁNCHEZ

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