Practicados los primeros abortos en aguas internacionales cerca del puerto de Valencia
Las interrupciones del embarazo se han realizado sin la autorización de un psiquiatra que exige la legislación española
El ginecólogo José Luis Carbonell ha practicado hoy los tres primeros abortos farmacológicos (mediante pastillas) en el barco de la ONG holandesa Women on Waves (Mujeres sobre las Olas) a unos 30 kilómetros del puerto de Valencia, en aguas internacionales para burlar la ley española.
El velero Menina, de bandera holandesa, ha partido hacia las nueve de la mañana del puerto con tres mujeres de menos de 6,6 semanas de embarazo para interrumpir su gestación sin tener la autorización de un psiquiatra que exige la legislación en España. Carbonell, director de la clínica Mediterránea Médica de la Comunidad Valenciana, ha señalado que las mujeres europeas "abortan diciendo que quieren abortar, sin permiso de nadie", a diferencia de las españolas, que necesitan el visto bueno de un profesional médico.
La visita del barco abortista a Valencia es la primera campaña de Women on Waves en España con objeto de reivindicar el aborto como un derecho de la mujer y defender la necesidad de cambiar la Ley Orgánica española de Interrupción Voluntaria del Embarazo de 1985, que considera obsoleta dentro del ámbito europeo. "Estamos luchando -ha explicado Carbonell a los periodistas en alta mar- por que la ley respete la dignidad de la mujer y se equipare al resto de Europa, que lleva 35 años con leyes así".
La salida de hoy se repetirá el próximo lunes y la intención de la ONG es llevar a cabo ocho abortos a mujeres con embarazos de menos de seis semanas y seis días.
La organización ha dispuesto dos lanchas para los medios de comunicación que han acompañado durante varias horas a la embarcación principal.
Ayer se produjeron forcejeos entre miembros de la ONG y los operarios del puerto de Valencia, que intentaron impedir sin lograrlo que el barco atracara en el recinto portuario. Cientos de personas convocadas por una treintena de organizaciones feministas, sindicales y políticas dieron la bienvenida al velero.
