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La Justicia brasileña ordena la extinción de la patente del Viagra de la farmacéutica Pfizer

La famosa pastilla azul podría costar más de un 35% menos en Brasil a partir de junio

La famosa pastilla azul podría venderse mucho más barata a partir del próximo 20 de junio en Brasil. El Tribunal Superior de Justicia de Brasil (STJ) determinó el miércoles que la patente del Viagra, medicamento para tratar la disfunción eréctil que posee la farmacéutica Pfizer, caduque en esa fecha. Esta decisión posibilita la producción del medicamento genérico, que podría llegar a costar hasta un 35% menos, según la Asociación Brasileña de Industrias de Medicamentos Genéricos (ProGenéricos) citada por el diario brasileño O Globo.

Pfizer perderá así la exclusividad para fabricar y comercializar la pastilla en Brasil -el segundo medicamento contra la disfunción eréctil más vendido en el país-, que pasará a dominio público y se autorizará a otros laboratorios a vender genéricos con el mismo principio activo.

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Según Odnir Finotti, presidente de ProGenéricos, por lo menos cuatro empresas fabricantes ya están listas para entrar en el mercado del Viagra junto a Anvisa. Además, Finotti aseguró que el precio podría llegar a bajar incluso más del 35% (su precio actual no llega a unos 30 euros por dos pastillas): "Como vamos a tener mucha competencia, los precios tenderán a caer. El consumidor brasileño tendrá precios mucho más accesibles".

Cinco de los seis magistrados del Tribunal votaron a favor del poner fin a la patente amparado en la ley brasileña de propiedad industrial, que limita a veinte años el tiempo máximo que puede estar en vigor una patente desde su primera expedición en el extranjero. El Viagra fue registrado por primera vez en Reino Unido en junio de 1990, pero un tribunal federal regional había permitido a Pfizer prorrogar la patente hasta junio de 2011. El laboratorio alegó que el primer registro del Viagra no fue concluido en 1990, por lo que debería tenerse en cuenta sólo el registro obtenido un año después, versión que no aceptó el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), órgano que regula las patentes en Brasil, que presentó el recurso que ha sido aprobado por el STJ. La farmacéutica aún tiene derecho de recurrir el fallo ante el Supremo Tribunal Federal (STF), la última instancia jurídica.

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