_
_
_
_
_

La empresa que empleaba al asesino de Olot precisa que le debía unos 2.000 euros

"No actuó por dinero, quería hacerse famoso matando a gente", sostiene el abogado de los herederos de la compañía

Construcciones Tubert, la empresa que empleaba a Pere Puig, el albañil que mató a cuatro personas el pasado miércoles, solo debía unos 2.000 euros al asesino correspondientes a dos semanas de pago y otras deudas atrasadas. Así lo ha señalado esta mañana el abogado de la familia Tubert, que se ha personado como acusación particular en la causa subrayando que los herederos de la compañía descartan el móvil económico como causante de la tragedia. "La empresa le pagaba por semanas y siempre le abonó su sueldo excepto en dos de estos pagos. Se los iban a ingresar la misma mañana en que cometió los asesinatos", ha explicado el letrado de los Tubert, Carles Monguilod.

Esa mañana Puig mató al padre y al hijo de los Tubert y después a dos empleados de una entidad bancaria. La investigación policial considera que el móvil económico propició la tragedia dado que en la reconstrucción de los hechos el asesino mencionó de forma inconexa que cometió los crímenes agobiado por las deudas y los pagos atrasados que le adeudaba la empresa, además de por la frustración que sintió al saber que iba a perder su empleo.

Más información
El albañil de Olot pretendía matar a otros dos empleados de la caja
Un albañil mata a sus dos jefes y a dos empleados bancarios en Olot
"En Olot debemos de tener algún problema"
El asesino de Olot confiesa que mató por una deuda de 2.000 euros y una confusión con la tarjeta de crédito
"Pensé en liarme a tiros con la policía hasta que me mataran"

"Algún día me cargaré a unos cuantos"

La familia Tubert rechaza estas hipótesis y destaca que el asesino había manifestado delirios de grandeza criminal en repetidas ocasiones. En ellas, solía comentar al constructor Joan Tubert, su primera víctima, que obtendría fama internacional a golpe de asesinatos. "Algún día me haré muy famoso porque me cargaré a unos cuantos. Tengo una lista de los que quiero matar", dijo varias veces el asesino al fallecido según ha explicado Monguilod. "Espero no estar incluido en esa lista", le respondía entonces Tubert, con tono jocoso. "Solo hago broma", contestaba Puig entre risas, siempre según el relato de la familia Tubert.

Los familiares del propietario de la compañía también niegan que se hubiera despedido al asesino esa mañana ni que se planteara hacerlo. "Puig tenía trabajo asegurado durante al menos otros cuatro meses, los que quedaban para finalizar la obra que estaba realizando la empresa. Sí se le notificó que, si no encontraban nuevos proyectos, después de este encargo quizá no habría más trabajo. Pero esa amenaza la sufría toda la empresa, nunca se le insinuó que le iban a despedir", ha detallado Monguilod. La familia Tubert, que hoy celebra el funeral del padre y el hijo fallecidos, asegura que desconoce qué pudo propiciar la tanda de asesinatos. "Esto solo lo sabe el asesino pero la cantidad que le adeudaba la empresa no provocaron la tragedia", ha insistido Monguilod.

Declaración judicial sobre los cuatro asesinatos

Puig ha sido trasladado esta mañana a las dependencias judiciales de Olot, donde deberá declarar ante el juez si bien la letrada del asesino. Nuria Masó, abogada defensora asignada de oficio, no descarta que su cliente se niegue a declarar tal y como ha hecho ante los Mossos d'Esquadra en dos ocasiones. Puig tampoco ha relatado por el momento a su abogada, que ha solicitado que unos psicólogos examinen a Puig para evaluar su salud mental, cómo y por qué planeó una mañana en la que quería cometer hasta seis asesinatos.

La investigación de los Mossos considera que el albañil pretendía cometer una tragedia aún mayor. Además del padre y el hijo de la familia Tubert, al subdirector y a una trabajadora de la entidad bancaria Caja de Ahorros Mediterráneo (CAM), buscaba al director de la sucursal y a otro trabajador de la entidad. Por ello se pertrechó con una escopeta y munición suficiente para cometer dos crímenes más.

La excusa del asesino ante los Mossos para justificar la masacre es que le iban a echar del trabajo y que sus compañeros se burlaban de él. También murmuró que la caja le reclamaba una deuda que Puig no reconoce. Al igual que la familia Tubert, la entidad bancaria ha rechazado que el asesino tuviera deudas significativas con la entidad. Solo tenía una cuenta corriente y una tarjeta de crédito de la que tampoco constan deudas destacadas, asegura la empresa bancaria.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_