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Organizaciones éticas piden a la UE un mayor control sobre el implante de 'microchips' en humanos

Ya se implantan microchips que podrían controlar a las personas, incluso sin que éstos sean que sean conscientes de ello

El Grupo europeo de ética de la ciencia y de las nuevas tecnologías (GEE), advirtió ayer a la Unión Europea (UE) de la necesidad de ejercer un mayor control sobre los implantes de microchips en el cuerpo humano, que actualmente se utilizan principalmente con fines terapéuticos. Pide hacer una legislación sobre esta práctica, cada vez más habitual, ante el peligro de que pudiera hacerse "un mal uso" de ella.

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Esta organización ha elaborado un informe en el que concluye que deberían considerarse los riesgos que estos implantes 'de última generación' podrían acarrear en cuanto a las posibilidades que ofrecen para "localizar y obtener información sobre personas cuyos datos se archivan en estos dispositivos". Incluso, a veces, se producen sin el permiso de los individuos a los que se les ha realizado el implante.

De forma preocupante, la GEE continúa: "La idea de colocar uno de estos dispositivos bajo la piel no sólo para reparar, sino incluso para ensalzar las capacidades humanas, recrea escenas de ciencia ficción con sus subsiguientes riesgos y beneficios. No obstante, la implantación de microchips a través de los que se podrían ejercer formas de control, tanto individuales como sociales, ya se está produciendo."

La identidad humana ¿en peligro?

La GEE ilustra su argumento con un caso: el de los implantes cerebrales desarrollados para controlar temblores causados por la enfermedad del Parkinson. Según la organización, estos dispositivos demuestran que "los implantes de microchips pueden influenciar al sistema nervioso y particularmente al cerebro, lo cual repercute sobre la identidad humana como especie, además de a su subjetividad individual y autonomía".

Por esto, la GEE señala que actualmente estos implantes de uso no-médico en el cuerpo humano no están explícitamente regulados por la legislación, y menos aún en cuanto a la privacidad y protección de datos de los pacientes. Y recomienda que a la UE que tome medidas al respecto.

El estudio insiste en que las aplicaciones de vigilancia de estos implantes "sólo deberían estar permitidos si el legislador considera que existe una necesidad urgente y justificada, y siempre y cuando se realice a través de métodos no intrusivos." Sin embargo, la GEE no aprueba el uso de estos microchips como sistema de vigilancia.

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