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El 'software' vía Internet desafía a los PC

Los rivales Microsoft y Apple luchan porque el software básico de los PC conserve su importancia

¿Pueden dos rivales encarnizados salvar el sistema operativo del ordenador de sobremesa? En la batalla entre Apple y Microsoft, Bertrand Serlet y Steven Sinofsky son los mariscales de campo encargados de los esfuerzos competitivos por garantizar que el software básico de los PC conserve su importancia en un mundo cada vez más centrado en Internet.

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Los dos preparan a sus ingenieros de programación para el próximo encuentro, hacia 2009, cuando está previsto que salga una nueva generación de Macintosh y Windows. Su trabajo será evitar caer en antiguos errores y que nuevos competidores los adelanten. Muchos tecnólogos sostienen que los sistemas operativos cada vez más voluminosos que permiten funcionar a 750 millones de ordenadores, productos como el Windows Vista de Microsoft y el Max OS X Leopard de Apple, a punto de salir al mercado, perderán importancia.

El software será una colección modular de servicios basados en Internet — accesibles a través de una gama de aparatos y ordenadores portátiles— y estará diseñado por empresas como Google, Yahoo y otras de nueva creación y capacidad para moverse con rapidez.

"El centro de gravedad y el centro de innovación se han trasladado del PC a la Red", comenta Nova Spivack, director y fundador de Radar Networks, que está desarrollando un servicio de Internet para almacenar y organizar información. Enfrentados a esa dinámica de cambio, se espera que Apple y Microsoft desarrollen sistemas operativos que reflejen la influencia de Internet.

Quienes conocen a Serlet y a Sinofsky dicen que sus estilos directivos opuestos influyen en la organización de los ejércitos de programadores necesarios para diseñar sistemas operativos complejos. "Con Sinofsky, la cultura es: planeas y te atienes al plan", comenta Steven Capps, antiguo programador de Apple y Microsoft. "En Apple tú ves lo que tienes".

Tras trabajar durante más de media década para alumbrar Vista, el más ambicioso de todos sus proyectos, Microsoft empezó supuestamente a trabajar en un sucesor menos pretencioso. Microsoft intenta reconciliar de nuevo el sistema operativo del PC con Internet. Llama a su nueva estrategia Windows Live, un esfuerzo por trasladar su monopolio del ordenador a Internet. Ese esfuerzo puede verse en la doble función de Sinofsky. Está encargado de desarrollar la próxima versión del sistema Windows y los nuevos servicios de Internet. El director gerente de la empresa, Steven A. Ballmer, se refiere al nuevo sistema como "innovación integrada".

Está menos claro aún si Sinofsky tendrá la agilidad necesaria para responder a lo que se denomina una era de "innovaciones de estructura flexible", una agilidad que ha sido la característica clave de los creadores de servicios de Internet. Pequeños grupos de programadores han usado Internet para introducir servicios con mucha más rapidez de la que han tenido los lentos proyectos de sistemas operativos para responder. "El reto para Steve es que Windows siga esa táctica", comenta Michael A. Cusumano, profesor de gestión en la Sloan School of Management del Massachusetts Institute of Technology.

En el futuro, añade, es muy probable que Windows se descomponga "en piezas más pequeñas, lanzadas con más frecuencia u ofrecidas como servicios de Internet". El auge de Internet presenta retos similares para Apple. Mientras que la empresa ha tenido un enorme éxito con iTunes, su servicio de audio y vídeo por Internet, iniciativas como .Mac, un conjunto de aplicaciones basadas en Internet destinadas inicialmente a formar parte del sistema operativo Mac OS X, se han pasado por alto durante varios años. Ahora, Serlet tiene intención de integrar los productos de consumo de Apple y sus ordenadores personales más estrechamente con Internet, según varias personas conocedoras de los planes.

Se espera que Apple añada capacidad de funcionamiento en red a su próxima generación de reproductores musicales iPod. Además, el software para su próximo gran producto, el iPhone, se basa en el núcleo del OS X, el sistema operativo del Macintosh. El sistema difumina aún más la línea entre el ordenador y otros aparatos, así como la distinción entre el aparato e Internet como lugar donde residen los programas. Es probable que ese cambio constituya el rasgo distintivo de los nuevos sistemas operativos de ambas empresas. Y eso puede significar que la era de los grandes lanzamientos de software ha llegado a su fin.

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