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Reportaje:

"Esperan a ver si me muero"

Una gran dependiente aún no ha cobrado las ayudas que pidió en julio de 2007

Vicenta, de 50 años, pidió hace más de tres años recibir las ayudas de la ley de la Dependencia. "Fue el 13 de julio de 2007", recita del tirón. Entonces ya estaba gravemente afectada por una enfermedad degenerativa. Ahora, después de cumplir con los trámites que establece la ley y sufrir diversas pérdidas de documentación por parte de la Administración, sigue sin haber recibido un euro. Y ello a pesar de que, según la clasificación que establece la ley, es una gran dependiente. Y que todas estas personas, incapaces de valerse por sí mismas, deberían de estar atendidas antes del 1 de enero de 2008, es decir, hace dos años y 10 meses. "Yo creo que están esperando a ver si me muero y se ahorran el dinero conmigo", sostiene.

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Vicenta, vecina de Alicante, tiene la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, un grupo de trastornos nerviosos genéticos que provocan serios problemas de movilidad. Las piernas le dejaron de responder hace tiempo y con las manos no puede ni sostener un vaso. La derecha apenas le sirve para dirigir el mando de la silla eléctrica en la que se desplaza. "Se me están cerrando las manos, hago rehabilitación para que la enfermedad no avance tan deprisa".

Necesita ayuda día y noche. "En la cama, mi marido tiene que estar pendiente de mí, porque no me puedo dar la vuelta por mí misma, y cuando sufro espasmos bronquiales me ahogo", comenta. Cuando no es su marido, quien la atiende es su madre o, sobre todo, su hija. "Pero ella necesita trabajar, no puede estar atendiéndome constantemente", se lamenta.

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Por eso ha pedido la prestación económica de ayuda familiar que continúa esperando desde el lejano mes de julio de 2007. En general, el procedimiento administrativo que siguen los dependientes para acceder a sus ayudas es lento y engorroso. Pero en el caso de Vicenta, la espera ha sido extraordinariamente larga. El 30 de agosto de 2008, un año después de cursar la solicitud, acudieron a su casa a valorar su situación. En 2009 le reconocieron el grado III nivel 2, el más alto posible. Teóricamente, entraba en la recta final del reconocimiento a su derecho a percibir la prestación que le corresponde. Pero aún le quedaba buena parte del camino por recorrer. "Me perdieron varios documentos, los mandé por correo certificado, por fax... pero nada". Finalmente, en mayo de 2010, firmó el Programa Individual de Atención (PIA), el documento que concreta las prestaciones a las cuales tienen derecho los ciudadanos solicitantes. Pero aún no se le ha reconocido el derecho a percibir la ayuda.

"Existe este retraso", admiten fuentes de la Consejería de Bienestar Social, que apuntan que "en esta fase del proceso administrativo, en un plazo máximo de tres meses [la beneficiaria] podrá recibir las ayudas".

La Plataforma valenciana en defensa de la ley de la Dependencia estima que puede haber un millar de personas esperando desde 2007 las ayudas como Vicenta. Además, según datos del Gobierno, 27.386 valencianos a los que se les ha reconocido el derecho de percibir las ayudas aún no las reciben.

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