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El 'Fórmula 1' ecológico de los alumnos de Malilla

Desde hace 21 años la ciudad de Nogaro, al suroeste de Francia, congrega a finales de mayo en la campiña de Armagnac a cientos de estudiantes de ingeniería, mecánica y bachillerato en la carrera de Fórmula 1 más verde del mundo, donde estrambóticos prototipos de coches compiten por el trofeo Shell Eco Marathon al cacharro más ecológico y mejorado: el que recorre el mayor número de kilómetros con un solo litro de combustible.

Por primera vez desde su constitución, un grupo de pilotos y jóvenes ingenieros valencianos de tan sólo 15 y 16 años, de 3º y 4º curso de Educación Secundaria Obligatoria del instituto público Malilla de Valencia, se ha convertido en el "equipo más joven" de la popular maratón de coches que en esta edición ha contado con la participación de 280 prototipos creados por equipos de universitarios de 20 países de Europa y América del Norte, entre los que figuran ocho diseños españoles incluido otro de la Universidad Politécnica de Valencia, el Taronget.

Los escolares de Malilla presentaron ayer en sociedad su propio prototipo de "motor de coche que revoluciona la gasolina": la Mandarineta. ¿Por qué este nombre? Porque, según ha explicado con ironía el profesor Igor Galduf: "Nuestra iniciativa es mucho más modesta que el Taronget de la Politécnica". Pero no exenta de ingenio. De hecho, pese al humilde presupuesto final de 1.200 euros -la tercera parte de lo que costaba el proyecto original- los alumnos de Tecnología, con Galduf y Mariví Esteban a la cabeza, idearon una carrocería de fibra de vidrio que fue toda una odisea conseguir, mucho más barata y ecológica.

Gracias al modesto patrocinio logrado por el método del "puerta a puerta" de tres entidades -Caixa Popular, la empresa de software Heinser y el AMPA del centro- Galduf se planteó utilizar "un retal de panel de aluminio de nido de abeja, que es un material muy resistente" para construir la estructura del coche.

Se trata de un prototipo de 2,60 metros de largo por 0,90 de ancho y 0,75 de alto con un motor de 40 kilos. Un ingenio pensado para poder superar las siete vueltas del circuito de Nogaro a una velocidad media de 30 km/h con tan sólo un litro de gasolina. Aunque en la última vuelta fallara el sistema de frenos. "Nuestro premio ya lo tenemos, es el poder participar".

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