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María Dolores Amorós sustituirá a López en la dirección general de la CAM

El directivo tenía un plazo para dejar el cargo pero ha agilizado su relevo

Relevo en la dirección general de Caja Mediterráneo (CAM). Tras casi 10 años en el cargo, Roberto López Abad renuncia a su cargo para asumir la dirección general de SIP (Sistema de Protección Integral) pactado con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. López será sustituido por María Dolores Amorós, directora general adjunta de la entidad durante toda la etapa de López al frente de la caja. El cambio será sometido este jueves a aprobación en el consejo de administración y también debe ser ratificado por la asamblea general.

Amorós tiene un perfil muy técnico y ha desarrollado desde abajo toda su trayectoria profesional dentro de la CAM. Hija de trabajador de la caja de ahorros y con varias hermanas también empleadas en la misma, Amorós ocupa la dirección general adjunta desde que López asumió la dirección general de la entidad, a principios del año 2001. En aquel momento, el nuevo primer ejecutivo de la Caja de Ahorros del Mediterráneo reordenó la cúpula directiva de la entidad y redujo las distintas direcciones generales existentes en la etapa de Juan Antonio Gisbert a una, que ocupó Amorós. López siempre ha dejado entrever que su mano derecha iba a ser su sucesora en el cargo.

Amorós es conocida por tener carácter y por desempeñar un papel activo durante la fusión fría que la CAM acordó a principios del pasado verano, destacan fuentes de la caja. También opinan que la situación de Amorós no es comparable a la de Roberto López porque "el escenario en la CAM cambia después del SIP". Y es que la fusión modifica sustancialmente el campo de juego de la entidad alicantina. "El director general antes era todo, ahora hemos delegado casi todas las funciones en el SIP", resumía ayer gráficamente un directivo de la caja. La misma fuente incide en que Amorós asume la dirección general de "otra caja". "Se cierra un ciclo de la CAM como entidad independiente y ella inicia el mandato con una caja distinta", enfatiza.López Abad podía haber compatibilizado su cargo con el nuevo que ocupará en el SIP durante año y medio pero ha decidido adelantar su salida de la CAM para centrarse en un proyecto en el que todavía quedan muchos cabos por atar. "Va a dedicarse en exclusiva al SIP", destacaban ayer fuentes oficiales de la entidad financiera.

Pese a su fama de gestor capaz en una caja en la que la presidencia no es ejecutiva, López Abad recibió muchas críticas durante la negociación de una fusión fría por parte de la caja. Críticas por la posición de debilidad en la que se vio inmersa la CAM durante las distintas negociaciones con otras cajas de ahorros al trascender la presión a la que estaba sometida la entidad alicantina por parte del Banco de España. Y críticas por el resultado final de la negociación, ya que la CAM no supo imponer su mayor tamaño ante Cajastur en la nueva entidad que resultará de la fusión.

López Abad tiene 55 años y con este relevo dará su primer paso fuera de la CAM. Entró en la Caja de Ahorros del Sureste en 1972. Casi 40 años en los que ha pasado por distintos departamentos hasta asumir la dirección general de la CAM en 2001, tras la dimisión de Juan Antonio Gisbert por su oposición a la fusión con Bancaja.

Los casi 10 años de López Abad al frente de la entidad alicantina han coincidido con el boom crediticio primero, que facilitó la expansión de la CAM por todo el territorio español -en 2006 tenía 1.029 oficinas frente a las 974 de las que dispone ahora, según los últimos datos- y también su crecimiento en el exterior. En este último apartado, destaca la compra, en abril de 2007, del 5% del Banque Marocaine du Commerce Extérieur o ese mismo mes pero de 2009 del 100% de una sociedad de créditos hipotecarios en México.

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La expansión del crédito también favoreció que la CAM se sumergiera a fondo en el sector constructor. La elevada apuesta de la CAM por el sector inmobiliario se convirtió en un gran lastre una vez llegó la crisis y ha sido una rémora al negociar una alianza.

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