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La crisis y las deudas del club frenan el nuevo estadio del Valencia CF

La obra está bajo mínimos y la constructora no cobra desde hace cuatro meses

Nadia Tronchoni

"El estadio del Valencia es un hito arquitectónico para la ciudad", dijo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tras la reunión con el presidente de la entidad, Vicente Soriano, la semana pasada. Quizá lo sea. Si bien, hoy por hoy, el futuro estadio, que empezó a construirse el 1 de agosto de 2007, es un dolor de cabeza más para los directivos del club.

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"Todo se llevará a cabo en los plazos más o menos previstos". Con estas declaraciones Soriano salió al paso de las críticas y los rumores tras el encuentro con Barberá. Pero las incógnitas siguen ahí. ¿Podrá el Valencia, con una deuda de más de 400 millones, pagar el nuevo estadio -presupuestado en 300-? ¿Cómo lo logrará si no vende las parcelas del viejo Mestalla? ¿Cómo, en plena crisis económica y con la psicosis que acecha al mercado inmobiliario? ¿Tendrá el estadio la pista de atletismo que solicitó la alcaldesa?

El Valencia está negociando con la UTE constructora -integrada por FCC y Bertolín-, a la que debe cuatro mensualidades, un calendario de pagos. Entretanto, la obra está prácticamente parada. Pese a que al club, dicen, "no le consta que se haya reducido el personal". Si bien, fuentes vinculadas a la constructora reconocen que ha bajado notablemente el ritmo de trabajo. Ya descendió tras el accidente registrado en mayo, en el que fallecieron cuatro albañiles, y se ha incrementado en los últimos meses, ante los impagos. "Hasta que no se aclare toda la situación financiera de la entidad es posible que el ritmo de trabajo no se recupere", aseguran las mismas fuentes.

El Valencia difícilmente iniciará en la avenida de las Cortes Valencianas la temporada 2009/2010. Lo reconoció Soriano hace unas semanas.El Valencia no admite las dificultades económicas. "Si hubiera dinero fresco como para alejar cualquier duda sobre la financiación, todavía se está a tiempo de imprimir velocidad a la construcción y cumplir los plazos iniciales", explican fuentes conocedoras del proyecto.

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Pero el dinero fresco aún no es una realidad. Solo podría llegar de la venta de las parcelas del viejo Mestalla. Cuando el anterior presidente, Juan Soler, habló del "pelotazo", auguró obtener, mínimo, 400 millones de euros por los terrenos de la avenida de Aragón. Más tarde, Soriano prometió obtener 350. Hoy nadie se atreve ya a hablar de cifras. "Las negociaciones para la venta de las parcelas están en marcha con varias empresas. La cantidad final se hará pública cuando se llegue a un acuerdo definitivo", explican fuentes del Valencia.

"Quien diga que eso es fácil de vender es que no sabe de lo que habla", opina un experto en urbanismo. "La situación es peor que mala", añade. Aunque, explica, es buen momento para que un inversor apueste por estos terrenos con la cabeza puesta en unos cuatro o cinco años porque "la ciudad es lo que es y no quedan terrenos como ése". Aunque el objetivo primitivo de vender a 4.800 euros el metro cuadrado no se cumpla, los hay que no pierden la esperanza de encontrar comprador. El sector de la alta gama -la zona prevé construcción de pisos de lujo- es el que menos sufre la crisis porque "la oferta es limitada".

La necesidad de facilitar la inclusión en el nuevo campo de una pista de atletismo añade dificultad a las obras. Aunque el proyecto siempre la contempló -por eso se configuraron los fondos de forma curva-, éste, apunta el Valencia, "no recogía una solución que satisficiera a las dos partes", es decir, al club y al Ayuntamiento. Fue el Consistorio, que cedió el terreno municipal al Valencia, el que insistió en la pista. Barberá ansía acoger la celebración de un Mundial de atletismo al aire libre. Desechada la idea de las gradas retráctiles bajo las que aparecería la pista, el Valencia reconsidera ahora todas las opciones. En un mes dispondrá de un amplio estudio sobre la solución más viable para un campo de fútbol, que se podrá transformar en estadio de atletismo. Si bien la solución definitiva pasará por emular al nuevo Wembley, en Londres. El nuevo estadio montaría para la ocasión una estructura provisional que elevaría el plano del estadio a ocho metros sobre el terreno de juego. Ganaría anchura y profundidad. Y perdería la grada baja. Quedaría un buen estadio con capacidad para 53.000 espectadores, pero... Siempre hay un pero. El club necesitaría tres meses entre el montaje y desmontaje de la pista. Faltará comprobar si, además, las fechas del mundial casan con el periodo de inactividad del equipo en su campo. El Mundial de 2009 en Alemania se celebrará entre el 15 y el 23 de agosto, por ejemplo. Fuentes de la constructora creen que es "perfectamente compatible con el calendario del Valencia". Salvo que "los dos o tres primeros partidos deberían jugarse quizá en otro estadio". Siempre hay un pero.

Obras del nuevo estadio del Valencia CF en la avenida de Les Corts Valencianes
Obras del nuevo estadio del Valencia CF en la avenida de Les Corts ValencianesTANIA CASTRO

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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