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Cuatro empresas tratan de estafar más de un millón de euros a Emarsa

En agosto de este año, cuatro empresas presentaron facturas por valor de 1.116.000 euros a Emarsa, firma pública que se encargaba de la gestión de la depuradora de Pinedo, en Valencia. A principios de este mes, la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), que a su vez controla Emarsa, investigó las facturas presentadas por las cuatro empresas. Trataba de comprobar si los trabajos por los que exigían cobrar se habían realizado correctamente y si el material teóricamente entregado a la gestora de la depuradora estaba en su sitio; descubrió que no.

Los técnicos del Emshi encontraron pegas a las facturas de las cuatro empresas, dos de mantenimiento y construcción y otras dos de material informático. En algunos casos, los trabajos de mantenimiento no se habían realizado porque, como explica un trabajador del Emshi, los lugares en que supuestamente se habían efectuado sencillamente no existen; en otros, los técnicos estiman que el material informático recibido cuesta mucho menos de lo que se pide en las facturas: 421.000 euros frente a 30.000.

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El Emshi se hace cargo de las facturas de Emarsa el pasado mes de julio, cuando esta última entidad se disuelve. Para comprobar que las facturas que llegan desde entonces se corresponden a trabajos realizados, el Emshi, entidad integrada por el Ayuntamiento de Valencia y medio centenar de municipios del área metropolitana, convoca a una reunión a los antiguos responsables de la gestión de la depuradora de Pinedo, Emarsa; a los administradores de las cuatro empresas que emiten las facturas y a sus propios técnicos. Estos últimos desvelan entonces la jugada: las facturas estaban hinchadas.Ya hace semanas que las dudas sobrevuelan la gestión de Emarsa. El PSPV-PSOE denunció ante la fiscalía esta semana supuestas irregularidades en la contabilidad y exigió atención al incremento de la contratación de empresas externas en los últimos años. Ahora se conocen los detalles de algunas de las relaciones de Emarsa con empresas de fuera.

Quizá la más llamativa es la que atañe a dos facturas que presentaron sendas empresas de material y asesoramiento informático el 16 de agosto. En la reunión que convocaron a finales del mes pasado los técnicos del Emshi, estos intentaban que el representante de ambas empresas, Sebastián García Martínez, explicase cómo era posible que todo el material informático suministrado sumase 421.000 euros cuando su estimación se quedaba en 30.000. Y no solo eso, pues tampoco comprendían que para 30 terminales informáticas que albergan las instalaciones de la depuradora, hiciesen falta "164 teclados, 79 monitores, 141 licencias antivirus, 49 discos duros externos o 155 fuentes de alimentación". García Martínez, que curiosamente se encargaba del mantenimiento informático de los equipos de Emarsa, explicaba que claro, que "los teclados y los ordenadores se tiraban a la basura constantemente". García, al final, accede a "contrastar" su inventario con el de Emshi por si hay algún error, aunque a continuación, comenta: "Aquí los directivos no tienen ningún control de lo que hacen; no hay ningún control y los jefes pedían y compraban lo que querían, sin que nadie controlara a nadie". El ataque del empleado de Emarsa a los responsables de la entidad casa perfectamente con las sospechas y críticas de los socialistas. Su portavoz en el Emshi, Ramón Marí, ha censurado continuamente la falta de control en la gestión de la sociedad, la "opacidad y falta de transparencia" y el despilfarro en contrataciones externas. Además, en junio denunció el sueldo de nueve directivos, que cobraban más que el presidente del Gobierno.

Enredada, la relación de Emarsa con otras empresas deja un baile extraño para entrar al siguiente caso, que ya roza el surrealismo. Otra de las facturas que analiza el Emshi, emitida en agosto por una empresa de construcción, provoca esta reacción de un técnico de Emarsa en una de las reuniones: No puede haber factura por trabajos realizados en el digestor siete "puesto que no existe tal digestor, ya que [en Pinedo] solo hay tres". Luego, añade: "Las facturas de trabajos de pintura efectuados en... es imposible que hayan sido realizados, puesto que dicho edificio tiene acabado de cara vista". Y además, añade, los conceptos relativos al material aportado por la empresa, por los que se pide el pago, "no se corresponden a la realidad", puesto que el material lo entregaba Emarsa y no la empresa de construcción.

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